Sara, la tentación

3133 Words

—Buen día señor —lo saludó Migdi apenas salió del ascensor en la recepción del nivel donde estaba ubicado el despacho de presidencia de la empresa naviera de la que Orestes es el único propietario. En sus manos tiene todo emporio que le ha dado no solo reconocimiento sino poder. —Toma —colocó sobre el escritorio de la chica varias carpetas, entre ellas el contrato que firmó con el socio en Massachusetts—. Archiva esos y comienza a hacer los pagos que te indico en la primera carpeta. Ignoró por completo el saludo de la chica que ni se inmutó por ello, al contrario mantuvo su espléndida sonrisa, estaba acostumbrada a su forma de ser. En todo el tiempo que ha trabajado para él no ha cambiado, siempre ha actuado de esa forma. Lo toma como parte de su personalidad. —Señor, ¿esto no lo hac

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