Para mí sorpresa me citan en las oficinas de uno de los bancos privados más importantes del mundo. Y mi contacto es nada menos que el director de la oficina. A la hora convenida, me mandan pasar a un despacho enorme donde me espera un hombre de unos cuarenta años que parece la viva imagen del ejecutivo de éxito. Al hombre se le ve francamente incómodo. -Señorita Guzmán ¿puede decirme quién le ha facilitado la clave? No me sentía cómoda con esa pregunta, no quería meter a Carmen en líos. El hombre adivina mis pensamientos y se adelanta. -Señorita Guzmán, la persona que se lo ha dicho no se ha metido en ningún lío, simplemente nos gusta ser discretos y preferimos conocer nuestras referencias, de esta forma también nos aseguramos de cuáles son sus intenciones. Su explicación no me deja c