Sin poder creer lo que escuchaba, lo miro atónita, jamás en mi vida pensé venir a un lugar así como este y menos, con semejante compañía. Caminando por el impresionante lo vi me llama la atención la ausencia de personas, el lugar luce completamente vacío. Una vez en la recepción basto solo un gesto de su parte, para que los empleados de inmediato formaran un revuelo. —¡Buenas noches señor Smith! Tal y como ordenó todo está listo — señala el gerente. —¡Muy bien!— fue lo único que pronunció. Sigo sin entender de qué se trata todo esto, no tiene ningún sentido su comportamiento. Está haciendo caballeroso, delicado, incluso dulce; algo que dista mucho de León Smith que Me citó en su oficina la primera vez. Hago mi mayor esfuerzo por disimular mi expresión desencajada, una sonrisa forza