La corta separación que existe entre nuestros cuerpos me perturba, la respiración se me agita, sin mencionar que la circulación sanguínea en mis piernas parece haberse detenido. — Señor me está incomodando — Acoto con evidente nerviosismo. El modo en que se dibuja una sonrisa parcial en su rostro, demuestra que parece divertirle la situación, pero, contrario a lo que pensé que haría se apartó de mi lado y salió del elevador sin mirar atrás, tan pronto se abrieron las puertas. Tambaleando me quedo recostada en la pared de esa lata, que hasta hace unos segundos me parecía una olla de presión. Suelto el aire acumulado y me aprieto los ojos con las manos, estrujándolos con fuerza sin que me importe estropear lo poco que queda de mi maquillaje. Las puertas dan señal de su próximo cierre, r