Después de una noche en vela pensando cómo le voy a hacer para sabotear el proyecto, llego a la empresa con las ojeras bien marcadas y los ojos hinchados de tanto llorar. Mi semblante no pasa desapercibido por Clara. — Alice, ¿Estas bien? — Se nota preocupada. — ¡Si, tranquila! Es un poco de alergia, ¡Es todo! Siempre me ataca cuando se acerca el invierno — No miento del todo. — ¡Oh qué pena! Si no tienes antialérgicos, en enfermería te los suministran, habla con la señora Iris, es un sol — Sonríe comprensiva. — ¡Eso haré! Pero primero entrego unos pendientes y después bajo a enfermería ¡Muchas gracias por todo! — guiño el ojo y sigo al ascensor. Para mi fortuna, esta vacío, cosa que agradezco profundamente, respiro profundo varias veces, para controlar la ansiedad, me miro en el