Mientras tanto, en el interior de su mansión, Samuel Johnson, repasaba en su mente cada una de las reacciones de Alice, no le parecía muy causal que esa mujer salvara a su hermanita un día y al otro solicitara empleo en su empresa, — ¡Debe haber algo! Esa su mujer sin duda oculta algo — exclama sirviéndose un Whisky. Desde el primer momento que la vio, capturó toda su atención y no me refiero a cuando estaba tirada en el suelo con Natasha en sus brazos, sino a ese instante cuando pasó corriendo a su lado e intercambiaron miradas efímeras. Obstinado se zumbó en el sofá, molesto consigo mismo por dejar que sus pensamientos fueran dominados por esa enigmática mujer — ¿Quién eres Alice? — pregunta al vacío de esa sala. Hacía mucho tiempo que ninguna mujer lo dejaba tan colgado, por una jus