Capítulo 2EN la sala, Josina miró a su alrededor y se preguntó si habría algo más que deseara llevarse a Inglaterra. Habían enterrado a su madre el día anterior y ella procuró que alguien la condujera hasta Milán aquella tarde. Allí tomaría el tren hacia Francia. Lo que la preocupaba era que, mientras buscaba el dinero que su madre reservaba para su viaje, encontró junto al mismo una carta dirigida al Duque de Nevondale. Evidentemente, no se la había enviado. Bajó a preguntar a la Doncella por qué no se había echado al correo. —¡No había dinero!— respondió la mujer. Eso significaba, decidió Josina, que llegaría sin haber sido anunciada. Así las cosas, sería mucho más difícil recibir alguna ayuda del Duque. En cualquier caso, ya no podía hacer nada al respecto, por lo que su principal