Asuma esperó hasta que estuvieran completamente fuera del oído de Mateo antes de dejar caer su brazo sobre el hombro de Carlota. La audición del hombre era extrañamente buena y no quería arriesgarse a la ira de este debido a que se le escuchó hablar de él. -Muy bien, derrámalo. ¿Por qué estabas tan interesada en tener a esos dos solos?- le exigió a su antigua alumna. Carlota abrió los ojos inocentes y azules hacia él y jadeó - ¿Por qué crees que estaba tratando de hacer eso? Sí, no compró el acto inocente. Desde el día que lo había engañado para que le llevara sus bolsas de compras a la casa de sus padres. Habían estado llenos de sostenes, que él no había notado hasta que Carlota procedió a presumirlos a su madre... mientras todavía sostenía la bolsa e intentaba con todas sus fuerzas