Ella rechazó su agradecimiento alegremente cuando salieron del restaurante y salieron a la calle. -No te preocupes por eso. Sé que ambas me invitarán a comer alguna vez- Ella lanzó una sonrisa y un guiño para hacerles saber que estaba bromeando. No quería que Atai pensara que estaba en deuda con ella y ya había tenido suficiente del temperamento de Alice por una noche. Como era habitual cuando las tres salían, partieron en dirección al gran apartamento de Atai, un regalo de su padre cuando encontró el valor de preguntarle si podría vivir dentro de Hidko para estar más cerca sus compañeros de equipo. Y así, ya que vivía sola, tenía sentido que Carlota y Alice fueran a su casa antes de regresar a su propio departamento. Si bien Hidko era un lugar seguro para vivir, todavía había insegurida