Kuroppoi

1655 Words
- ¿Nuestro acosador? ¿De qué estas hablando?- comenzó a mirar a su alrededor mientras su estómago se revolvía asquerosamente. ¿Ella había sido seguida? Sus ojos se entrecerraron y sus dedos se cerraron en puños apretados y enojados mientras recogía un rastro familiar de energía en el área. - ¡Carlota! - Ahh... ella es tu compañera de cuarto, ¿verdad? - No por mucho tiempo- gruñó, subiendo sus mangas por sus brazos mientras comenzaba a irrumpir hacia la ubicación de la rubia. Se desharía de ella lo suficientemente rápido. ¡Un buen golpe haría el truco muy bien! - Espera un segundo- se río entre dientes, su brazo salió disparado para atraparla antes de que ella pudiera pasar. Alice luchó un poco contra su agarre, su atención se centró únicamente en golpear a su amiga hasta cansarse. Le llevó a la fuerza maniobrarla para mirarlo de frente, colocando sus manos sobre sus hombros antes de que ella se detuviera y se encontrara con el brillo divertido en sus ojos. - Hay una mejor idea que mutilarla para resolver el problema - ¿Ah, sí? Porque en este momento, mutilar suena como una muy buena idea- Intentó retorcerse de nuevo, solo para jadear cuando él la retiró una vez más- ¡Mateo! ¡Vamos, solo tomará un segundo! - Realmente no tenemos un segundo de sobra- la reprendió a la ligera- Si no llegamos pronto, no estaremos comiendo hasta casi las diez en punto Suspirando y aún mirando cuando la energía comenzó a acercarse aún más a ellos, murmuró: - ¿Qué tienes en mente? - Un clon rápido y haciendo sprint funcionará igual de bien. ¿Estás usando zapatos con los que puedas correr?- Observó sus sandalias al mismo tiempo que ella, sus cejas se alzaron casi hasta la línea del cabello- Hmm... supongo que no - Bueno, no estaba planeando salir corriendo por culpa de mi idiota compañera de cuarto esta noche- espetó, en silencio, prometiéndose a sí misma deshacerse de esas estúpidas sandalias apenas llegara a casa. La risa que escapó de él hizo muy poco para aliviar su estómago revuelto. - Solo haz tu mejor esfuerzo para mantenerte al día. Está bien, ¿lista? Él liberó sus hombros y manteniendo el contacto visual con ella, ambos trabajaron los sellos manuales necesarios para crear sus clones. Alice sintió que la fuerza de la magia se desenrollaba dentro de ella y fluía por sus brazos poco antes de que una copia perfecta de si misma apareciera a su lado. Maldita sea, ¿por qué no había pensado enviar un clon a la cita? - Bien, salgamos de aquí antes de que ella nos vea- dijo Mateo, saludando a su clon mientras se alejaba con el suyo. La gente los miraba sorprendida al par de clones, algunos de ellos sonriendo y sacudiendo la cabeza. Alice jadeó cuando él de repente le tomó de la mano y no solo la empujó hacia adelante sino hacia arriba por el costado del edificio. Imbécil, una pequeña advertencia hubiera sido agradable. Gracias a Dios, Tsu trabajó su control de energía y magia hasta los límites, de lo contrario se habría enfrentado primero a la pared y habría sido arrastrada por tres pisos de concreto. Siendo así, apenas logró evitar torcerse el tobillo de todos modos. Una vez en la azotea, Mateo rompió a toda velocidad y la empujó para seguirle el paso, lo que fue más difícil de lo normal considerando que no llevaba zapatos muy prácticos para correr. Mientras corrían y saltaban de un techo a otro, Alice estaba hirviendo en silencio y fantaseaba con todas las diferentes formas en que lo lastimaría una vez que todo esto hubiera terminado. Por mucho que quisiera golpearlo, dudaba que él quisiera una segunda cita si lo hacía. - ¿A dónde vamos?- lo llamó mientras luchaba por mantener la falda en su lugar mientras corrían. - Kuroppoi. ¿Has oído hablar de eso?- él respondió, mirándola brevemente antes de volver su atención al paisaje. Afortunadamente para él, su máscara ocultó la sonrisa que apareció cuando se dio cuenta de que ella trataba de evitar que su falda corta subiera hasta su cintura. - No. - Entonces te espera un verdadero placer. De acuerdo, en este próximo edificio volveremos a la calle. Luego, estamos a solo dos cuadras de donde vinimos - Oooh ... ¡así que estamos bordeando el lugar para causarle algo de confusión! - Exactamente. Alice no pudo evitar sonreír a pesar del hecho de que estaba sudorosa, irritada por tener que seguir estos pasos para evitar que la siguieran y que iban a un lugar del que no había oído hablar antes. Solo unos momentos antes de que estuviera lista para noquearlo y ahora ... a pesar de que toda la cita se perfilaba para ser bastante extraña, tuvo que admitir que era algo gracioso. Saltaron de nuevo al nivel de la calle nuevamente, sorprendiendo a una pareja que huía por el callejón. Alice se inclinó hacia adelante con las manos sobre las rodillas y tomó una profunda bocanada de aire en los pulmones para controlar su respiración. Mateo estaba apoyado contra la pared junto a ella, e incluso si no podía verlo, sabía que estaba sonriendo. - Definitivamente has llegado mucho más rápido, Alice. Lo que es aún más impresionante es que lo lograste con esos zapatos- la felicito Ella le dirigió una sonrisa mientras se paraba y arreglaba su vestido. - Eso son dos cumplidos hasta ahora. Sigue así y podrías tener una segunda cita. ¿Eso fue demasiado adelantado? Había sonado coqueta y juguetona en su cabeza, pero no estaba segura de haberlo hecho bien Afortunadamente, Mateo se río por lo bajo de su broma antes de sorprenderla una vez más al tomar su mano. Mierda, ¡Realmente esperaba que él no la notara tensarse! - Entonces, la adulación es lo tuyo, ¿eh? Lo tendré en mente. Alice se sonrojó y permaneció callada después de eso, simplemente siguiéndolo mientras los guiaba por calles laterales desconocidas y a través de las secciones más concurridas de Hidko en las que no se había aventurado antes. Esta área no era más que calles estrechas, edificios altos con múltiples tiendas y restaurantes, varios clubes de todo tipo, bares ... Básicamente, era un lugar donde los adultos iban a divertirse. No chicas de apenas 18 años. Esto era desalentador. ¿Qué iba hacer cuando fuera su turno de elegir el sitio de una cita? ¿Llevarlo a uno de sus lugares de reunión? ¡Se aburriría hasta llorar! Su respiración quedó atrapada en su garganta cuando su pulgar comenzó a masajear suavemente el dorso de su mano. - Lo siento, ¿no está bien?- preguntó, mirándola por encima del hombro. Ella sacudió la cabeza rápidamente y soltó una carcajada que no sonaba demasiado nerviosa, al menos para sus oídos. - ¡No, no! Está bien. Es ... agradable, en realidad Y también fue sorprendente y alarmante. Tenía unas manos realmente bonitas, decidió. Callosas, como se esperaría de un agente como él, pero aún así muy agradables. Probablemente daba muy buenos masajes en la espalda Está bien, ¡para! Nada de eso. No hay pensamientos de masajes en absoluto. Dios, ¿Qué iba mal con ella? - Espero que lleguemos pronto. Este lugar se llena bastante rápido- dijo Mateo, obviamente tratando de hacer una pequeña charla. - Es bastante popular, ¿eh?- preguntó ella, levantando la voz para ser escuchada sobre la multitud. Acababan de llegar a una parte muy congestionada de la calle. Aparentemente, tres establecimientos diferentes estaban teniendo eventos esa noche, haciendo que los clientes se apiñaran donde pudieran. Podría haber jurado que vio a su profesor de academia Ikka cerca de uno de los edificios, pero cuando se volvió para mirar, el hombre no estaba allí. Huh... Si bien sabía que era tonto pensar eso, nunca había pensado que ninguno de los instructores hiciera otra cosa que enseñar. Posiblemente pillar a Ikka divirtiéndose fue interesante y un poco extraño. La mano de Mateo se apretó sobre la de ella mientras comenzaba a maniobrar a través del desastre de los clientes. - Bueno, ciertamente es único, puedo prometerte eso- respondió, girando lo suficiente para que ella captara su típica sonrisa guiñando un ojo. Sin embargo, su elección de palabras descriptivas hizo poco para aliviar sus dudas sobre a qué tipo de lugar la llevaría. Finalmente lograron salir de las masas y entrar en un tramo de calle que estaba mucho menos concurrido. Todo lo que pudo hacer fue seguirlo mientras daba una vuelta aquí o allá, girando hacia una calle extraña que parecía surgir de la nada y básicamente creando un desastre en su sentido de dirección. ¡De ninguna manera iba a encontrar el camino a casa desde este lugar ahora! Si él simplemente se levantaba y la dejaba después, entonces Tsu podría olvidarse de conseguir esos libros. Quemaría cada serie Paradise que encontrara mientras él lloraba miserablemente sobre sus restos carbonizados. Estaba empezando a pensar que quizás Mateo estaba perdido cuando se detuvo frente a un establecimiento extraño y orgullosamente proclamó: - ¡Aquí estamos! La razón por la que el edificio se destacó contra sus vecinos fue porque no había nada. A diferencia de las otras tiendas con letreros luminosos y escaparates en negrita, este edificio era indescriptible. Era simplemente un cuadrado de hormigón pintado de blanco con una sólida puerta negra. No había letrero con el nombre del establecimiento, ni ventanas para que ella pudiera ver el interior y parecía terriblemente fuera de lugar. - ¿Qué tipo de lugar es este otra vez?- preguntó sospechosamente cuando él alcanzó la puerta. Había oído hablar de clubes de striptease que no se anunciaban antes. Si este fuera uno de esos ... sus libros no serían lo único que destruiría. - Es un restaurante muy singular- fue su alegre respuesta ofrecida.
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