Jeremy aunque divertido con toda la situación que su pareja estaba formando, ya no quería escucharla él solo quería abrazarla y besarla y porque no hacer realidad sus pecaminosos pensamientos. Miriam, estaba de espalda despotricando tanto como su voz le daba, los celos que tenía la estaban cegándola. No espero que Jeremy se parara tras ella sujetándola de los brazos a su espalda. ¡Ya deja de gritar! Pareces una esposa histérica le dijo Jeremy al oído, cosa que a Miriam la indigno más, pero no podía zafarse del agarre y este aprovecho eso y beso su cuello, lamió cada parte, beso suavemente las mejillas y pregunto muy seductoramente. Mejor no quieres saber de qué se trata tu regalo, dijo Jeremy ronco y grave que estremeció a su pareja que se encontraba recostada a su pecho. No creas que