A la mañana siguiente Tamara tenía un fuerte dolor de espalda, el sofá cama no era nada cómodo, pero se lo merecía había dejado a su pareja solo y sabía que Zack se comportaba como niño a veces. Su mayor sorpresa fue levantarse y ver la puerta de su cuarto abierta, se adentró a sus aposentos y se encontró a Zack mirándola fijamente, no habló solo iba a salir de la habitación al parecer él tampoco había podido dormir. Sus ojeras los demostraban. Al ver su reacción rápido cerró la puerta, le iba a tomar las manos, pero él no se dejó. ¿Aún sigues molesto? Pregunto Tamara, quería reírse, pero solo empeorará las cosas. No señorita Olivares, no estoy molesto solo que me di cuenta cuáles son sus prioridades y yo no estoy dentro de ellas, le dijo mirando por la ventana a la nada, ahora si me d