Escapando de ti (1era. Parte)

1454 Words
El mismo día Londres Nadir Al recibir negativas de mi chica misteriosa tuve que ceder a su idea de tener una cita, pero pensé que por fin se acabaría tanto enigma con su identidad, podría conocer su nombre y dónde vivía, claro que destrozo mis esperanzas con sus argumentos, más bien me enfurecí ante sus ideas absurdas y ridículas de ser un acosador, no sé si era una manera de repetirme entrelineas, “Nadir no me interesas o esfuérzate” No lo sabía, pues sus miradas juguetonas me confundían. No obstante, le iba repetir hasta mi historial clínico con tal de tener su confianza, incluso se me ocurrió llamar a mi madre para pedirle que me visité y organizar una cena informal para que se conozcan, pensé, que mejor prueba de mis intenciones que presentarle a mi familia. Lo sé estaba corriendo y un poco más con mis pensamientos, más no podía evitarlo pues estaba embobado escuchándola y mirándola sin dejar de preguntarme, ¿Y si fuera ella? La mujer que cambiará mi vida, aquella donde pueda perderme en sus ojos y saber que despertará cada mañana a mi lado. Soñaba despierto, pero tenía lógica y no, es que no puedo explicar lo que siento cuando me pierdo en sus ojos marrones, o tal vez nunca conocí a una mujer como ella que me sacará de mi zona de confort, además debo sumarle que es atrevida, sensual, impredecible, una chica fuera del molde que por momentos me siento aplomado, seguro, y otras veces siento que estoy caminando por una cuerda floja sobre todo cuando me arrincona. La verdad es que me tiene enredado el corazón, o quizás me estoy enamorando y no lo quiero admitir, pues es muy pronto, no tengo la respuesta y sí a la vez. El caso es que todo se resume en ella. Sí, es una contradicción lo que repito, pero recordemos que soy un novato es cuestiones del amor, o mejor dicho soy un desastre y no se me da bien conquistar a una chica, mucho menos tengo un manual, o una lista de cosas que debería repetir para tener una oportunidad con ellas. Entonces me siento un poco perdido y sigo buscando una pista para no dejarla escapar, más bien quiero una relación formal sin asustarla, claro que primero debo dar el primer paso sin que quiera correr, la cuestión es, ¿Cómo lo hago? Tal vez debería dejar de pensar tanto y dejar que todo fluya, veamos si no meto la pata, aprieto mis puños, trago saliva y rompo el silencio entre nosotros. –Bella no tengo una sola razón, tengo miles para que aceptes salir conmigo, pero te daré una, me interesas mucho, no puedo explicarte lo que me sucede cuando estoy delante de ti, más creo que podemos hacer magia, cosas extraordinarias, porque nuestro momento es ahora y si me das la oportunidad no te decepcionaré– improviso y miro su reacción. –Nadir lindo discurso, pero no me convence, porque es muy estudiado y hubiera preferido que hablarás sin tantos adornos, siendo tú y por lo que deduje te cuesta hacerlo. ¿Dónde sea fue tu otro yo? ¿Lo guardaste en el cajón? –rebate con una sonrisa traviesa y me deja frustrado teniendo que incorporarme de la cama. ¿Qué hice mal? Fui sincero o muy cursi, no sé, pero no le gusto mi respuesta, me da la impresión que estuviera analizando mis palabras, como en un interrogatorio buscando el mínimo detalle para declararme culpable, y quizás tenga razón no dije nada concreto, o no deje hablar a mi interior. –¡Bella! ¿Por qué me haces las cosas difíciles? ¿No te das cuenta que me interesas mucho? Y no es por haber tenido sexo contigo, sino desde la primera vez que te vi en el aeropuerto– replico con mi rostro comprimido para terminarla pegando a mí. –¡¿Desde el aeropuerto?! –averigua sin abandonar mis ojos y tengo el corazón a mil por hora, trago saliva y asiento con la cabeza. –Sí, ese día estabas tan hermosa con tu vestido floreado y me dejaste embobado …–menciono dándole una sonrisa genuina, muerde sus labios y baja su mirada para terminar desenredándose de mí. –Nadir lo siento, está sonando mi celular y es hora de marcharme– dice y agarra su bolso dejándome sin palabras mientras busca la puerta. Has algo, ¡Reacciona Nadir! Y no dejes escapar a nuestra chica. Por favor actúa, me grita mi subconsciente. Miro sus andares en cámara lenta y parecen que mis pies pesarán como una enorme roca y de mi boca no logran salir las palabras hasta que me sale la maldita voz. –¡No! ¡No! No te vayas así sin decirme tu nombre, ni tu dirección, Por favor dame una pista, compadécete de mí– digo con mi voz envuelta en desesperación mientras la detengo delante de la puerta. Bahir Desde pequeña te advierten debes compórtate, seguir las reglas o terminarás mal, puede ser un problema inmenso o quemarte con fuego, en mi caso por mi rebeldía nunca medí los peligros, porque me gustaba salirme del molde, actuaba por mis impulsos y por mi manera de mirar la vida, no significa que quebranto la ley, mucho menos siendo abogada. A lo que me refiero es que hago las cosas según mis convicciones, ese fue el motivo para no aceptar la propuesta de Nadir de un noviazgo, lo que me llevo a ponerlo a prueba y ver si podía ser sincero, pero escuché un discurso hueco, parecían simples palabras dichas al viento, no era una razón válida para tener una cita, “Haremos magia” ¿Qué carajos quiso repetirme? ¿Tengamos sexo? Como tal fui directa y presione un poco, aunque me quede con el corazón en la garganta por sus palabras, y fue aumentando esa sensación con su declaración, al punto que entre en pánico por jugar con fuego y quiero marcharme. No sé o sí lo que acaba de sucederme, pero estoy asustada de tener un hombre como él delante de mí, que con una simple frase mando abajo mis argumentos. Por primera vez siento que pierdo el control y no me gusta, o no estoy lista para asumir que alguien pueda descolocarme la vida de esa forma. Lo bueno es que sonó el celular y creí que fui salvada por la campana, aunque me detuvo delante de la puerta arrinconándome y estoy pensando en una salida, pero no se me ocurre nada hasta que reacciono. –Nadir tienes muchas pistas para encontrarme de nuevo, pero debes abrir los ojos para descubrirlas, además tú crees en el destino, entonces dejemos que el haga su trabajo, ¿Te parece? –menciono y miro su rostro desencajado. ¿Cobarde? Quizás como todas personas que huimos a lo desconocido, pero en mi defensa apenas estoy procesando sus palabras y todo lo que provocan sus miradas intensas, entonces estoy en mi derecho de dudar y descubrir lo que podemos llegar a tener, sobre todo necesito saber ¿Si es él? El hombre que me quitará hasta el sueño, que se apoderará de mi vida, es que quiero tener miles de razones para no soltar su mano. –¡Diablos mujer! Me interesa conocer todo de ti, pero al parecer tú no me tomas en serio, ¿Por qué? ¿Tienes novio? O ¡¿Eres gay?! Aunque no lo creo por lo poco que recuerdo, más bien disfrutabas el sexo conmigo– replica y lo fulmino con mis ojos por sus palabras. –¡Eres un imbécil! Prejuicioso ¿Y …? Me faltan adjetivos para repetírtelos. ¡Idiota! ¿Cómo pude pecar de ingenua? Eres como todos los hombres, ¡Machista! ¡Púdrete! –vocifero y abro la puerta, mirando su rostro desencajado. Avanzo por el pasillo con toda la rabia del momento pensando que Nadir era diferente, pero fue el peor de todos los tipos que conocí con sus especulaciones, ¿Qué pensó? ¿Qué no le diría nada? Sin embargo, en medio de mi momento interior lo escucho llamarme, igual continúo caminando al ascensor. –Bella mal interpretaste lo que te dije, y sonó mal, pero no soy como piensas. Lo siento dame una oportunidad– lo escucho repetir y aprieto el botón del ascensor. Aprieto los puños para no mirarlo y guardarme la rabia, hasta que suena la campana del ascensor anunciando que llego al piso, se abren las puertas y cuando están por cerrarse él coloca su mano. –¡Hablemos...! –replica con su respiración agitada y abro los ojos de par en par al mirarlo solo con su pantalón puesto.
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