Una nueva oportunidad. 2

3711 Words
Al llegar a las puertas de la oficina de la dirección, volvió la vista por el pasillo sintiendo que alguien la iba siguiendo y pensó que sería Ethan, pero el pasillo por el que había caminado era otro y estaba vacío, recordó su postura relajada y su actitud despreocupada contrastaban con la intensidad de la sensación que ella sentía al verlo. Elowen se detuvo por un momento, mordiéndose ligeramente el labio inferior, tratando de entender por qué aquel encuentro la había puesto de nuevo nerviosa, sacudió la cabeza suavemente, como para despejar la confusión y decidió dejar de lado esos pensamientos por el momento, ahora tenía que concentrarse en su entrevista, pero una parte de ella sabía que este no sería el último encuentro con Ethan. Elowen empujó suavemente la puerta de la oficina del director y entró en una sala pequeña y ordenada, con una gran ventana que dejaba entrar la luz del día, frente a ella, una mujer de mediana edad, con el cabello recogido en un moño y gafas de montura delgada, levantó la vista de una pila de papeles que tenía frente a ella, posiblemente serían las fichas de algunos estudiantes; al verla, la secretaria sonrió amablemente, mostrando una calidez que inmediatamente hizo que Elowen se sintiera más cómoda. — ¡Buenos días! Eres Elowen ¿Verdad? — preguntó la secretaria con un tono suave y acogedor, poniéndose de pie y acercándose a ella con un gesto de bienvenida. — Sí, soy Elowen Marlowe, vengo para la entrevista con el director. —respondió ella, devolviendo la sonrisa con timidez. — Encantada de conocerte, Elowen, soy Margot... —se presentó la secretaria mientras le estrechaba la mano — El director César te está esperando, ha estado muy emocionado porque vinieras y estoy segura de que tú también lo estás. — con esas palabras la vio asentir. Elowen se sintió más tranquila gracias a la calidez de Margot, se notaba que era una persona con experiencia en recibir a visitantes y a tratar con niños, siempre con una actitud amable y acogedora. — Si, me emociona realizar la entrevista para ver si aplico para el puesto. — dejó escapar un suspiro. — Solo dame un momento... — continuó Margot — Le avisaré que ya has llegado. — se vio igual de emocionada. — Esta bien. — susurro casi que entre dientes. Margot se giró hacia su escritorio y pulsó un botón en el teléfono, anunciando la llegada de Elowen con un tono profesional, pero amistoso, mientras tanto, Elowen aprovechó para observar la oficina, había diplomas enmarcados en las paredes, junto a fotografías de estudiantes y eventos escolares, una gran planta de interior estaba colocada en una esquina, dando un toque de frescura al lugar. — El director estará contigo en un minuto... — dijo Margot, volviendo hacia Elowen con una sonrisa — Puedes tomar asiento, si lo deseas ¿Te gustaría un poco de agua o café mientras esperas? — preguntó sin quitar su sonrisa. — Agua estaría bien, gracias. — respondió Elowen, agradecida por la hospitalidad. Margot se movió rápidamente hacia un dispensador de agua, sirviendo un vaso de vidrio para Elowen quien al tomarla fue hacia una de las sillas acolchadas en el lateral de la oficina, tomó asiento y llevó el vaso a sus labios para dar un gran sorbo al agua, necesitaba tragarse los nervios que de nuevo estaban saliendo a flote, miro a Margot, quien ya había regresado a su escritorio para continuar con su trabajo entre todos aquellos papeles. Elowen no tuvo que esperar tanto tiempo, las puertas de la oficina se abrieron de una forma ligeramente brusca y pudo ver al señor Creswell entrar apresurado. — Elowen, lamento hacerte esperar... — dijo con algo de pena reflejada en su rostro — El ciclo escolar está a punto de comenzar y he andado de un lado a otro asegurándome de que todo esté bien. — extendió la mano hacia ella. — No se preocupe señor Creswell. — se puso en pie y estrechó la mano del hombre. — Por favor, llámame Cesar y ven conmigo, necesito revisar tus documentos... — se alejó de ella para guiarla hacia su oficina — La entrevista va a ser realmente rápida, quiero revisar tus recomendaciones y hacer unas llamadas, de verdad que necesito una profesora para antes de que el ciclo escolar comience. — estaba bastante apurado. Elowen siguió a César dentro de su oficina, era un espacio amplio y ordenado, con grandes ventanales que dejaban entrar mucha luz natural, en las paredes había varios cuadros de paisajes, diplomas y premios, así como fotografías de eventos escolares, el ambiente era acogedor, con muebles de madera oscura y una gran planta en la esquina, César se sentó detrás de su escritorio, mientras Elowen tomaba asiento frente a él, ella le entregó la carpeta con todos los documentos que había llevado y entonces la oficina se quedó en silencio mientras el hombre iba leyendo rápidamente su información. — Bueno, Elowen, he leído tu currículum y he visto tu experiencia como maestra... —comenzó César — Me interesa saber qué te motivó a estudiar para trabajar como profesora y quiero saber qué es lo que esperas encontrar en esta comunidad. — su pregunta fue muy diferente a lo que ella esperaba. Elowen respiró profundamente antes de responder, consciente de que esta era su oportunidad para causar una buena impresión, dejar al director sorprendido y satisfecho con ella, aunque realmente estaba un poco desconcertada. — Bueno, César... — empezó ella, eligiendo cuidadosamente sus palabras — He oído cosas maravillosas sobre esta escuela y me gustaría ser parte de un lugar donde pueda marcar una diferencia real en las vidas de los estudiantes, creo que Ravenwood es ese lugar muy bueno para comenzar desde cero y esta sería una excelente oportunidad de crecimiento, de aprendizaje para mí y que los niños reciban lo mejor de mí. — lo vio asentir mientras la escuchaba con atención. — Eso suena maravilloso, Elowen... — dijo él — Aquí valoramos mucho el sentido de comunidad y el enfoque personalizado en la educación ¿Cómo describirías tu estilo de enseñanza? ¿Qué es lo que más disfrutas al estar en el aula? — Cesar, a pesar de la que necesitaba, quería ser formal. — Creo que mi estilo es muy participativo... — explicó — Me gusta involucrar a los estudiantes en el proceso de aprendizaje, hacer que ellos mismos descubran las respuestas, creo que cada niño tiene su forma única de aprender y mi trabajo es descubrir qué los motiva, cómo puedo ayudarlos a alcanzar su máximo potencial, lo que más disfruto es ver ese momento en que algo hace clic para ellos, cuando de repente comprenden algo nuevo y se emocionan por aprender más. — Elowen sonrió, recordando porque amaba ser maestra. — Eso es exactamente lo que buscamos en nuestros docentes... — respondió él con un aire de complacencia — Alguien que vea a cada estudiante como una persona completa y sepa que cada uno tiene su propio camino, ahora, cuéntame sobre un desafío que hayas enfrentado en el aula y cómo lo manejaste. — continuó con sus interrogaciones. — Hubo un caso en mi escuela anterior donde tenía un estudiante que era muy retraído y parecía no querer participar en clase... — comenzó a contar, fue el momento en que realizaba sus prácticas — En lugar de forzarlo, traté de entender qué lo estaba haciendo sentir así, me di cuenta de que era brillante, pero se sentía incómodo hablando en público, así que creé algunas actividades en grupos más pequeños y lo animé a participar en formas que no fueran tan intimidantes para él, con el tiempo, empezó a abrirse más y al final del año, incluso estaba dispuesto a presentar un proyecto frente a la clase, ver su progreso fue increíblemente gratificante. — recordar esa situación todavía la llenaba de orgullo. — Me gusta mucho tu enfoque, Elowen... —dijo él sonriendo más ampliamente — Puedo ver que tienes una verdadera pasión por la enseñanza y una comprensión profunda de lo que significa ser educador, estoy seguro de que serías una gran adición a nuestro equipo... — la vio asentir con algo de alivio — Voy a hablar con algunos de los miembros del equipo, pero puedo decirte que estoy muy impresionado por lo que has compartido hoy... —añadió César — Esperamos tenerte aquí en la escuela de Ravenwood y espera mi llamada, te avisare si quedas o no. — se puso en pie. — Muchas gracias por la oportunidad. — ella hizo lo mismo y estrechó la mano del hombre. — Gracias a ti por presentarte. — Cesar se iba a quedar con los documentos que eran copias. Elowen salió de la oficina del director con una sonrisa en el rostro, sintiéndose más ligera y optimista, la entrevista había ido mejor de lo que esperaba a pesar de que algunas preguntas le resultaron un poco extrañas y las palabras amables de César habían reforzado su confianza, mientras caminaba por el pasillo, sentía un renovado sentido de esperanza, le gustaba la idea de trabajar en la escuela de Ravenwood y ser parte de una comunidad escolar acogedora, esperaba que los demás profesores fueran tan amables como Margot. Al salir del edificio principal, el sol de la mañana le dio directo en el rostro y el aire fresco la envolvió como una caricia, Elowen respiró profundamente, disfrutando del aroma a hierba recién cortada y las suaves notas florales que traía el viento. Elowen se dirigió hacia el estacionamiento, aún con una sonrisa en el rostro y el ánimo elevado después de su entrevista, mientras caminaba, notó a Ethan junto a su camioneta, guardando herramientas y equipo en la parte trasera, estaba concentrado, con el ceño fruncido y el cabello desordenado por el trabajo. De repente, una ráfaga de viento frío la envolvió, levantando ligeramente su cabello y provocando un escalofrío que le recorrió la espalda, Ethan, como si hubiera sentido su presencia a través del viento, se giró rápidamente hacia ella, sus ojos encontrando los de Elowen de inmediato, su expresión cambió de concentración a una mezcla de sorpresa y algo más que no pudo descifrar. — ¡Hola, Elowen! — dijo Ethan — No esperaba verte tan pronto otra vez. — aquella enorme sonrisa que le dedicó dejó ver sus dientes y sus colmillos sobresalían bastante. — Sí, ha sido una sorpresa verte de nuevo... — respondió acercándose un poco más a él — Tuve una entrevista para un trabajo aquí en la escuela ¿Y tú? ¿Estás trabajando en el sistema eléctrico? — sintió como un ligero nerviosismo subía por su cuerpo. — Sí, me pidieron que viniera a revisar el cableado de algunas aulas y también a asegurarme de que los sistemas de emergencia estén funcionando correctamente... —explicó terminando de guardar todo — Parece que Ravenwood siempre encuentra algo en lo que necesito trabajar. — tomo un trapo y se comenzó a limpiar las manos. — ¿Así que eres una especie de experto en todo? ¿O el conserje de todo el pueblo? — bromeó alzando una ceja y Ethan sonrió. — Algo así... — respondió — Me gusta pensar que soy bueno solucionando problemas, al menos los problemas que tienen que ver con electricidad y herramientas... — lanzó el pañuelo junto a las herramientas — Pero, dime ¿Cómo te fue en la entrevista? — preguntó con verdadero interés. — Creo que fue bastante bien... — dijo con una sonrisa — El director parece ser una persona muy amable y creo que conseguimos conectar... — lo vio asentir — Me dejó con una buena sensación y espero que realmente me llame. — acomodo su cartera. — Eso es genial, estoy seguro de que ellos también se sintieron igual contigo... — dijo, inclinándose ligeramente hacia ella, como si compartiera un secreto — Ravenwood necesita a alguien como tú, una linda profesora que les enseñen cosas nuevas a las nuevas generaciones, porque la mayoría de profesores aquí ya están para el retiro. — susurro con un tono divertido en su voz. Antes de que Elowen pudiera responder, otra ráfaga de viento pasó entre ellos, más fuerte que la anterior, Ethan instintivamente dio un paso adelante, como si intentara protegerla del aire frío, pero entonces Elowen sintió un olor, era el aroma de Ethan, un olor sutil, pero embriagador, una mezcla de madera fresca, pino y una pizca de algo terroso, como el bosque después de la lluvia, era un aroma que le resultaba familiar y reconfortante, como si llevara consigo la esencia de la naturaleza que tanto le estaba gustando en aquellos momentos. — Que fuerza. — susurro Elowen. — Este viento no es nada amistoso hoy... — dijo él con una risa suave — Tal vez el bosque nos está diciendo algo. — bajó la cabeza para poder verla, a pesar de tener tacones, no lo alcanzaba en altura. Elowen rio también, aunque no pudo evitar sentir un escalofrío que no estaba segura si era solo por el viento o por la forma en que Ethan la miraba en aquellos momentos, era como si tratara de ver más allá de sus palabras, como si buscara examinarle el alma. — Podría ser... — dijo ella, mirándolo con curiosidad — O tal vez simplemente está intentando mantenernos alerta. — Ethan la miró con una expresión pensativa, pero su sonrisa no desapareció. — En cualquier caso, me alegra haberte visto hoy... — dijo suavemente — Y espero que tengas noticias pronto sobre el trabajo, sería interesante comenzar a verte más seguido en el pueblo. — se alejó de ella. — Nos vemos. — Elowen volteo hacia un lado y pensó en que era mejor seguir su camino. — ¿No andas tu auto? — preguntó curioso al notar que el auto de Elowen no estaba en el estacionamiento. — No, hoy no ando mi auto. — comenzó a caminar hacia atrás. — Si quieres te puedo llevar al restaurante de Abigail... — Ethan abrió la puerta del copiloto — Se que no es la carroza adecuada para una princesita como usted, pero funciona bien y está limpia para que pueda abordarlo. — su tono era juguetón al tiempo que ponía la mano sobre su abdomen para invitarla a subir. — No quisiera desviarte de tu camino, sé que la ferretería de tus padres está bastante lejos del restaurante de mi abuela. — dudo mucho en la idea lógica de subirse al auto de un hombre que le era desconocido todavía. — Tengo un trabajo en el local frente al restaurante, una tienda de pesca. — explicó antes de mover sus cejas de una forma graciosa. — ¿Seguro que no te voy a atrasar los planes? — Elowen se acercó de forma dudosa. — Vamos para el mismo lugar... — Ethan ladeo la cabeza — Puedo darte un destornillador para que lo lleves en la mano mientras conduzco, creo que así te sentirías más segura. — la brilla le llevó la inseguridad que el cuerpo de Elowen demostraba. — ¿Tienes planes de hacerme algo? — iba aceptando poco a poco la invitación de ir con él. — Seguramente... — Ethan se atrevió a tomarle la mano y acercarla a él — Te voy a secuestrar y te devolveré a casa de Abigail cuando ya haya caído la noche. — se rio al tiempo que la tomaba de la cintura para subirla al asiento de la camioneta. — ¿Por qué cuando haya caído la noche? — Elowen sonrió, todo aquello le pareció un poco divertido. — Porque es en la noche donde salen todos los monstruos y no sería conveniente que alguien como usted, profesora, ande vagando por las calles de este pueblo a esas horas. — la invito silenciosamente a mover las piernas hacia adentro para poder cerrar la puerta. — En definitiva, estás loco. — ella lo hizo aun sonriendo. Ethan le devolvió la sonrisa y la conservo aun después de haber cerrado la puerta, dar la vuelta por delante y subir al lado del piloto, Elowen solo lo observó con atención, parecía muy cómodo con aquel acto de exceso de confianza, pero no iba a juzgarlo pues ella iba igual de cómoda en el auto de un hombre al que apenas conocía. El olor del interior de la camioneta era una mezcla del perfume de Ethan y un ambientador de fresas silvestres qué colgaba del espejo retrovisor, mientras iban pasando por las calles rumbo al restaurante vio al sheriff poniendo una multa a un auto mal estacionado, niños en sus bicicletas riendo y jugando, muy posiblemente aprovechando sus últimos días de vacaciones. Todo era tan diferente en comparación al lugar donde creció qué le estaba costando un poco sentirse en su hogar con plenitud, eran sentimientos de muchas fluctuaciones y eran cansados también; el sonido de su celular la sacó de los agitados pensamientos e hizo que rápidamente rebuscara en su cartera pensando que era el director con noticias sobre el trabajo, pero realmente solo era su padre con un nuevo mensaje de queja. — "¿Dónde está Ryan? No responde mis llamadas. Si no me responde, no voy a mandar ni un solo centavo." — Decía el mensaje como si Owen pudiera controlar el p**o de la manutención por su hijo, el gobierno se lo descontaba automáticamente de su cuenta bancaria e iba a tener multas si intentaba retrasar de alguna manera todo aquello, fue lo que Elowen pudo incluir en el acuerdo que sus padres firmaron. — ¿Te rechazaron? — preguntó Ethan con cautela. — Ya quisieras... — Elowen sonrió tomando aquella pregunta como broma — Es solo mi padre molestando, no parece estar muy conforme con haberse quedado con la instructora que tiene mi edad, se la pasa molestando por querer hablar con Ryan y por querer saber de la vida de mi madre. — bajo la cabeza porque otro mensaje llegó. — No quiero que te rechacen en la escuela... — hablo Ethan — Solo preguntaba para ir preparando tu overol de trabajo, me vendría bien una asistente en mi trabajo de reparaciones. — volteo a verla cuando se detuvo en un semáforo. — Creo que ya tengo un plan B por si eso de ser profesora no resulta. — Elowen también sonrió. El contacto visual extenso fue interrumpido por el sonido molesto de un claxon, ambos vieron hacia adelante y era Alexander pasando junto a sus amigos mientras silbaba hacia ellos. — ¡Un besito señor desesperado! — le gritó Alexander — ¿O está demasiado feo? ¡La bella y la bestia, un hermoso drama! — se siguió burlando después de detener su auto frente a ellos. — De verdad que es un idiota. — susurro Elowen viendo el espectáculo. — Y al parecer no nos va a dejar avanzar. — vio por el retrovisor. Ethan retrocedió un poco al ver que no tenía auto detrás de él y rodeo al de Alexander pues el semáforo ya había cambiado, eran los únicos dos autos en aquella cruz calle y no valía la pena ponerse a tocar el claxon para apartarlo ni bajarse a discutir con él, Ethan era bastante práctico y si podía esquivar los problemas, lo hacía encantado de la vida, Elowen noto aquello y le pareció una idea muy inteligente de su parte, mejor escapar que tener entre manos un problema innecesario. Al llegar al restaurante de Abigail, Ethan estacionó frente al local de pesca donde iba a realizar el trabajo, desde ahí pensaba acompañar a Elowen hasta el otro lado, no eran más de diez metros los que separaban un local del otro, ella abrió la puerta y bajo por su cuenta de un salto provocando que Ethan se riera de forma burlona. — Cuidado, no quisiera que te torcieras un tobillo con esos tacones. — comentó acercándose. — A diferencia de lo que piensas, yo puedo manejarlos muy bien. — dio un paso hacia atrás y piso una piedra, se le doblo el tobillo y él terminó agarrándola del brazo. — Se nota que sabes hacerlo. — susurro de forma burlona mientras la llevaba a un lado sin tanta grava. — ¡Ethan! — exclamó una voz carrasposa y arrastrada por su estado de ebriedad — ¡Al fin apareces para reparar esta maldita puerta! — pegó un empujón a la madera. — ¡Si sigues así, serás tú quien pague esas reparaciones! — dijo otro hombre que iba detrás del borracho. — ¡Nah! — hizo una mala cara y casi baja las gradas de cara — ¿Y este bombón de dónde salió? — sonrió con descaro al ver a Elowen. — ¡Sigue tu camino Peter, ve a pescar borracho como siempre lo haces! — Ethan lo vio con molestia, los dos no se agradaban. — ¿Es tu novia? — se trató de parar recto mientras se arreglaba la camisa y el cabello. — No, es posiblemente la nueva profesora, pero no por eso vas a marearla con la destilería que siempre tienes en el hocico. — suavemente arrastró a Elowen detrás de él. — La invito a pescar señorita, yo necesito a una maestra que me enseñe sobre todas las formas de amar. — se rio de forma burlona. — ¡Déjalos en paz Peter! — el dueño de la tienda bajo las primeras gradas ya preocupado de que aquello terminara mal. — Vamos al restaurante, quiero darte algo. — dijo Elowen tomando el brazo de Ethan. — ¡No me gusta que me ignoren, pero supongo que esa es la actitud de la nueva callejera del pueblo! — Peter le metió una nalgada a Elowen apenas se dio la vuelta. Ethan y el dueño de la tienda de pesca no tuvieron tiempo a reaccionar a aquella falta de respeto, Elowen fue muchísimo más rápida, se giró sobre sus tacones y le metió un puñetazo tan fuerte que lo derribo al suelo cual saco de papas, a veces se dejaba llevar por los impulsos de la ira y aquella acción la hizo ver rojo, sacudió la mano después de haberle pegado y retrocedió dándose cuenta de lo que hizo.
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