Prólogo.
Helen Winters nació en una lluviosa mañana de otoño en la pequeña y remota localidad de Ravenwood, desde temprana edad, su vida estuvo marcada por la atmósfera mística y las antiguas leyendas que envolvían al pueblo, creció en la cabaña familiar que sus padres fueron construyendo con mucho amor, una edificación de piedra y madera rodeada de un jardín exuberante, bajo la mirada atenta y amorosa de su madre, Abigail, de niña, Helen era curiosa y aventurera, pasaba horas explorando los rincones oscuros del bosque, fascinada por los cuentos de brujas y criaturas que su madre le relataba antes de dormir, sin embargo, su corazón estaba lleno de anhelos y sueños que iban más allá de los límites de Ravenwood.
Anhelaba conocer el mundo, estudiar y convertirse en alguien capaz de ayudar a los demás, durante su adolescencia, Helen comenzó a sentir el peso de las expectativas y los secretos del pueblo, a menudo se encontraba soñando despierta, imaginando una vida diferente, llena de oportunidades y aventuras, fue en esos años de juventud cuando conoció a Owen Marlowe, un chico encantador y apasionado que compartía sus sueños de escapar de la monotonía del pueblo. Helen y Owen se enamoraron perdidamente, y su amor se convirtió en un refugio contra la opresiva atmósfera de Ravenwood que mientras ellos iban creciendo se volvía más aprisionante. Cuando Helen descubrió que estaba embarazada unas semanas antes de cumplir su mayoría de edad, no dudaron en tomar una decisión audaz; abandonar el pueblo y buscar una nueva vida juntos, una noche, bajo el manto protector de la oscuridad, se escaparon de sus respectivas casa, dejando atrás las sombras y los susurros de las antiguas leyendas, lo hicieron de esa manera porque sabían bien que sus respectivas familias no les iban a permitir marcharse de Ravenwood sabiendo que llevaban una nueva vida.
Su escapada los llevó a establecerse en Reno, Nevada, donde Helen comenzó a estudiar en la universidad para convertirse en doctora pues ese siempre había sido su más grande sueño, mientras Owen se preparaba para ser arquitecto. Su amor y determinación les ayudaron a superar los desafíos iniciales que no fueron pocos, tuvieron falta de dinero y eso fue lo que más los angustio, pero pronto vieron florecer sus esfuerzos, a los pocos meses de su llegada a Reno, nació su primera hija, a quien llamaron Rose. Fueron tiempos muy duros para ambos, porque tuvieron que sacrificar su juventud de andar en fiestas para poder darle todo lo que su hija necesitaba con trabajos dobles, también estudiaban pensando siempre en darle un futuro a su hija amada; cinco años después, Helen y Owen dieron la bienvenida a su segunda hija, Elowen, una niña tan hermosa como la primera que tuvieron y sintieron que su familia estaba completa con sus cuatro integrantes.
La vida en Reno era una mezcla de arduo trabajo y momentos de alegría, aunque Helen a menudo recordaba con nostalgia los paisajes de su infancia, estaba decidida a construir un futuro brillante para sus hijos, que cada año eran visitados por la abuela Abigail que siempre les llevaba abundantes regalos. Sin embargo, el destino tenía otros planes, cuando Rose tenía siete años, le fue detectada una afección cardiaca, a pesar de todos los esfuerzos médicos y el inmenso amor de sus padres, la condición de Rose se deterioró rápidamente, la familia enfrentó con valentía y esperanza cada tratamiento, cada operación, pero la enfermedad resultó ser implacable.
La muerte de Rose dejó una marca profunda y dolorosa en Helen y Owen, en la abuela también y para Elowen fue un evento que no comprendió del todo porque era demasiado pequeña, solo tenía dos añitos cuando eso ocurrió. La pérdida de su hija los sumió en una tristeza indescriptible, pero también los unió más en su dolor compartido y no podían dejarse caer pues tenían una segunda hija que requería de su tiempo también, Helen encontró en su vocación de doctora una manera de honrar la memoria de Rose, dedicándose con mayor fervor a ayudar a otros niños enfermos y tomó la especialidad de cardiología cuando fue momento de especializarse. Siete años después de la muerte de Rose, Helen descubrió que estaba embarazada por tercera vez y en esa ocasión estaban esperando un niño al que decidieron nombrar Ryan, un hijo nunca sería capaz de suplantar a otro, de eso estaban muy conscientes Owen y Helen, pero aquel bebé lleno de felicidad el hogar que se había quedado con una nube oscura.
Mientras Helen continuaba su camino hacia convertirse en doctora, y Owen se destacaba como arquitecto, mantenían vivo el amor y la esperanza que los había impulsado a dejar Ravenwood, sin embargo, las sombras del pasado nunca desaparecen por completo y el destino, con su peculiar sentido del humor pronto les pondría una nueva jugarreta de mal gusto. El tiempo pasó y la familia intentó seguir adelante con el nuevo integrante, sin embargo, las tensiones, el dolor guardado, los tiempos separados ocupados en sus trabajos no tardaron en afectar su relación, Owen encontró consuelo en su instructora de tenis y su aventura amorosa terminó desmoronando lo que quedaba de su matrimonio que comenzaba a flaquear.
Fue Ryan quien descubrió a Owen y su amante en el mismo cuarto que compartía con su madre, el impacto fue profundo para el chico pues su héroe, el hombre que le había enseñado valores estaba engañando a su madre de una forma descarada, a pesar de que Owen le suplicó que guardara silencio y que fuera cómplice, pero Ryan se negó a aquella estupidez y confesó todo esa misma noche cuando Helen llegó a casa, aquello fue el desencadenante de una pelea entre los padres y ella terminó sacando a su esposo de casa pues no quería verlo, después de ese desenlace se desencadenando un divorcio doloroso para todos.
En un momento de rabia por la negativa de Helen a perdonarlo, Owen intentó arrebatarle todos los bienes que habían acumulado durante el matrimonio, la amenaza de Owen de quitarle todo a Helen sumió a la familia en un estrés y angustia insoportables que sólo incrementó cuando en una borrachera llegó a buscarlos y quiso llevarse a Ryan por la fuerza. Sin embargo, Elowen, demostrando la misma valentía y determinación que su madre, confrontó a su padre con fotos en mano que demostraban su infidelidad, Elowen amenazó con hacerlas públicas si Owen continuaba con sus intentos de torturar a su madre con aquellas amenazas y si no dejaba a su hermano en paz. La firmeza y el coraje de Elowen forzaron a Owen a retroceder y el divorcio se resolvió sin que Helen perdiera todo por lo que había trabajado tan duro, aunque la familia quedó marcada por el dolor y la traición, encontraron fuerza en su unidad.
La furia de Elowen no se detuvo en conseguir que su padre cediera casi todo a su madre durante el divorcio, decidida a proteger a su familia y obtener justicia, Elowen comenzó a chantajear a la amante de su padre sin que Helen y Owen lo supieran, sabiendo que la mujer estaba casada con un hombre muy rico, Elowen la amenazó con revelar el escándalo si no le pagaba una considerable suma de dinero a lo que la amante totalmente aterrada por no perder su estilo de vida accedió a pagarle el dinero que ella quería. Elowen, recién graduada de la universidad, utilizó el dinero obtenido para asegurar un futuro más estable para ella misma tras la decisión de mudarse, la audacia de sus acciones la llenó de una mezcla de satisfacción y remordimiento, pero sabía que había hecho lo necesario para proteger a su familia y hacer pagar a los desgraciados que arruinaron su vida familiar.
El divorcio dejó cicatrices profundas en la familia, Helen, con su corazón roto, decidió que era hora de un nuevo comienzo, con Elowen y Ryan a su lado decidieron hablar con Abigail para que les diera un tiempo de posada en su casa, la mujer emocionada les dijo que podían mudarse con ella sin ningún problema, serían bienvenidos en su casa sin condición ninguna. Empacaron todas sus cosas más importantes y vendieron las demás, emprendieron el regreso a Ravenwood, el lugar donde todo había comenzado para Helen y Owen. Las sombras del pasado nunca desaparecen por completo y el destino, con su peculiar sentido del humor, los llamaba de vuelta a los lugares que creían haber dejado atrás, llevando consigo los recuerdos y las heridas que aún necesitaban sanar.