Capítulo 4.- El hermano de Caleb. (1/3)

1642 Words
Lo siguiente que sucede es como Julieta junto con Caleb me muestran de un lugar a otro el gran hogar que poseían, aparentemente este lugar es más grande de lo que ya es, también, escucho como mi suegra quiere pase más seguido por ahí, pero esto siendo algo que debo pensar, no conozco que tan cómodo podría estar Caleb con esto, y, aun así, me sorprende que piense antes en lo que él podría pensar antes de lo que yo quisiera, supongo que cuando se está casada las cosas cambian de manera radical. Había pasado un rato desde que estaba en la casa de los padres de mi esposo, contrario a lo que pensé, no ha sido tan incomodo, pero no dejo de preguntarme por qué Caleb parece querer matar con la mirada a su hermano. Puedo comprender lo que siente y es que para mí no es nada cómodo saber que el tipo de la recepción en mi boda, el cual me hacía propuestas indecorosas resulto ser el hermano menor de mi esposo, al menos, el que ahora conozco como Henry, no ha intentado nada después de “presentarnos”, y ahora pienso en que, si antes lucia convincente con que era una mujer enamorada de Caleb, tendría que esforzarme el doble. Mi mirada recae en mi esposo, quien no parece estar mejor que yo, lo sé por la manera en la que está tenso, y no creo que Henry se sienta exactamente de la misma manera, tiene una mirada divertida ante la presencia de su hermano. Luego de esto, no ha ocurrido novedad alguna, Leonardo, mi suegro, ha llegado para comer junto con nosotros y es entonces cuando un almuerzo en “familia” empieza sin mucho apuro. —Imagino que en el futuro querrán traer hijos ¿No es así? —Leonardo es quien pregunta y yo casi me siento ahogar por lo que ha preguntado, lamentablemente llame la atención de más de uno en la mesa, Caleb que estaba a mi lado, me da pequeñas y suaves palmadas en mi espalda, calmándome de alguna manera, luego ha dejado de hacerlo. — —Padre, los hijos es algo que con el tiempo puede que lleguen, pero no dudo en recordarte que me he casado hace no mucho. El tiempo es algo que nos sobra para pensar en tener una familia propia, ¿Verdad Daphne? —Asiento rápidamente a la pregunta de Caleb, nadie me había dicho nada sobre traer hijos a este matrimonio sin amor, y, de todos modos, me hubiera negado. Caleb me sostiene la mano debajo de la mesa, dándome ánimos, o es quiero creer. —Buena respuesta, hermano. —Henry habla, siento como una mirada me está perforando literalmente, al levantar la mirada no es ni nada más y nada menos que Henry. — Daphne, tengo que saberlo. ¿Cómo es que soportas estar al lado de mi hermano? Es bastante molesto. ¿Hace cuando que se conocen? —Pregunta Henry, veo como Julieta también parece bastante interesada. Tragó saliva de manera disimulada. Idiota, idiota, idiota. —Murmura mi conciencia. —Caleb es un hombre maravilloso, Encima de mí no desearía estar a su lado toda mi vida? —Pronto me veo siendo interrumpida por Henry. —El Caleb que conozco, es bastante diferente al que te enamoraste. Puedes parpadear si esto es un secuestro. —Henry ríe y nuevamente Julieta le da un codazo. —¿Qué? Oh, vamos madre, que no hago más que decir la verdad. —Se queja como si fuera alguna clase de pequeño. —Eres tan inmaduro, que no me sorprende por qué estás soltero aún, ninguna mujer puede soportar el comportamiento que tienes. —Caleb responde mirando mal a su hermano el cual sonríe divertido, parece disfrutar ver molesto a Caleb. —Deja en paz a mi esposa y mejor sigue manteniendo tu reputación de un vulgar jugador. —Levanto una ceja, estos hermanos no dudan en atacarse el uno al otro, pero lo más interesante es que Henry tiene una presunta reputación de mujeriego. —No te hagas el santo delante de tu esposa, tú, querido hermano, no fuiste nada pacífico en tus primeros años de instituto. —Caleb limpia sus labios en un movimiento elegante, luego parece lanzarle dagas con los ojos a Henry. —Mis años de instituto no definen que clase de hombre soy ahora, por lo contrario, yo madure bastante y tú, sigues siendo un inútil que no consigue tener a una mujer fija en su cama y futuro. —Esto parece haberle molestado a Henry, pues soltó un gruñido por lo que dijo su hermano. Veo a mis sueños que solo niegan con la cabeza y tienen pequeñas sonrisas, no parecen estar incomodos por esto, es más, parece que están acostumbrados. —Espero que no te sientas mal por esto, Daphne, mis hijos son como perros y gatos cuando se juntan, solo puede significar caos. —Me encojo de hombros por las palabras del señor Leonardo, no me interesa que se peleen mientras yo no este involucrada. —No se preocupe señor, un poco de ruido hace bien de vez en cuando, sobre todo cuando no tuve hermanos o hermanas. —Julieta parece mirarme con interés. —Entonces creo que te hará bien pasar algo de tiempo en esta familia. —La misma pega su mano sobre la mesa llamando la atención de los dos hombres que hasta ahora se seguían diciendo de cosas y las cuales en algún momento deje de escuchar. —Muchachos, fue suficiente, tenemos una invitada. —Les dice a ambos. —Henry, deberías dejar de actuar así delante de Daphne, y Caleb, no le sigas el juego a tu hermano. —Bien, Julieta parece ser tranquila y calmada, pero tiene carácter. —Lo siento madre, me deje llevar. —Responde mi esposo ahora dejando de mirar a su hermano menor, quien rueda los ojos. —Si te molesta que diga la verdad, bien, empezare a decir mentiras. —Julieta mira de mala manera al más joven de los Jones. —Es broma, mamá…—Murmura. —Espero que se comporten, ya no son unos adolescentes. —Leonardo, mi suegro, emite una pequeña risita y yo no puedo también seguirle ya que, no quiero ser parte de algún silencio incomodo. Luego de la tensa conversación entre Caleb y Henry en la mesa, Caleb me informa de cómo debe atender algunos asuntos con su padre, lo cual no me molesta para nada. Julieta por otro lado me deja con Henry, quien se encargaría de llevarme a otro lugar para relajarme. Y si mi suegra tan solo supiera que lo que menos deseo en estos momentos es estar a solas con su hijo, no me dejaría ahora mismo, pero debo recordar que ellos no saben que nos habíamos visto el día de la boda. Tampoco trato de caer en los juegos de Henry, quien parecía más que dispuesto a sacarme de mis casillas en estos momentos. Entre nosotros no hay nada que decir, pero es bastante incomodo que mi ahora cuñado no parezca quitar la mirada encima de mí. —¿Cuánto más tardamos?, estos zapatos me están matando… —Pregunto mientras que solo recorremos pasillo tras pasillo, sin llegar hacia algún lugar en concreto. —¿A que estas jugando con mi hermano, Daphne? —Todo pasa muy rápido, no sé en qué momento Henry me ha acorralado contra la pared y su brazo que cae encima de mi cabeza dejando ver que tan alto es, siento pánico casi de inmediato. Esto se me hace bastante familiar, la noche de la recepción llega tan pronto a mis recuerdos que no puedo evitar molestarme, pero al mismo tiempo el pánico se instala en mi pecho, y con ella la pregunta siguiente; ¿Acaso él sabe algo de todo? El sentimiento de pánico es algo que no puedo evitar sentir en estos momentos, no hay nadie que pueda evitar el comportamiento extraño de Henry, es como en la recepción de la boda, y claramente él ya sabía quién era yo, pero jamás imagine que él sería el hermano menor del hombre que sería mi esposo. No sé qué pensarían mis suegros o alguien si nos viera en esta situación. Calma, Daphne, él solo quiere hacerte enojar, pero eso no sucederá. —Te advierto que será mejor que te alejes ahora mismo, tus juegos no tienen alguna pisca de gracia, Henry. —Él mantenía una sonrisa burlona hace unas horas, pero ahora, parece cambiar por completo, tiene una expresión de seriedad. —No te hagas la lista conmigo, linda, creo haberte preguntado claramente; ¿A que estas jugando con mi hermano, Daphne? —Henry me tiene contra la pared y su brazo sobre mi cabeza, es claro que no hay nadie viendo esto, de lo contrario, se habría vuelto un escándalo. Pero pronto siento como los nervios suben por todo mi cuerpo, nadie me ha dicho quién sabe de esta farsa y quien no. Esto sería más fácil si tan solo supiera que, el hombre que ahora me tiene contra la pared y me mira de manera intensa no sospecha que la boda con su hermano conmigo, fue algo planeado, no entiendo porque no lo aparto inmediatamente de una patada, suspiro con fuerza y tratando de ocultar mis nervios, muestro una sonrisa torcida. —¿Exactamente qué es lo que quieres saber? —Pregunto, tratando de mantenerme seria y serena, pero no parece que mi cuñado me de alguna clase de tranquilidad. – —Quiero saber una única cosa y es la siguiente, ¿De dónde has salido tú, Daphne? —Bien, es aquí donde me doy cuenta de que todas aquellas indirectas significaban algo realmente. ¿Si Caleb no soporta a su hermano menor porque este actúa como si lo hiciera?
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