Capitulo 1-El Principio de la Desgracia (1/4)
El sonido de la marcha nupcial es lo que llega a mis oídos, entonces sé que es momento de que esta farsa comience de una vez por todas, mis damas marchan una detrás de la otra, con sonrisas de felicidad, pues, lucen hermosos vestidos hechos a la medida, costaron una fortuna, claro que deben estar felices, sin embargo, no es el sentimiento que yo estoy compartiendo ahora mismo. Y mientras doy cortos y elegantes pasos, me pregunto sin descanso, ¿Cómo es que he llegado a este momento?, no dejo de preguntarme a mí misma. ¿Por qué deje que mi padre pasara encima de mí para que no pusiera algún impedimento a todo esto?, me voy a casar con un hombre al que no conozco, un hombre al que no amó y sé que es el mismo al que jamás llegaría a amar.
Siento un enorme nudo en mi garganta que no me deja hablar, desde que abrí los ojos y me había dado cuenta de que el día de mi boda había llegado tan rápido como una mosca estrellándose en un parabrisas, sabia entonces que no había manera de evitar todo esto.
No debo llorar, soy lo bastante fuerte para soportar esto, lo he hecho en el pasado y sé que ahora en el presente lo soy, pronto también en el que sería mi futuro. Yo podría con todo aquello que se me cruzara por el camino.
Por otro lado.
Trato de tomar aire, pues, se me hace difícil con el vestido pomposo en corte princesa el cual está ceñido a mi cuerpo, y el que pareciera querer matarme en lugar de dejarme respirar. El largo y denso velo que cae sobre mi rostro no me deja ver, pero, al menos puede cubrir lo suficiente mi expresión para que ninguno de los invitados vea mi rostro de amargura, entonces lo único que pueden ver es el rostro de una tímida novia, ansiosa por llegar a donde se encuentra su futuro esposo. Para el público, esto no es más que una cruel burla, un teatro que logra arruinar la vida de una joven mujer, a la cual solo le quieren cortar las alas e impedirle volar como un ave.
Lo que se le ha dicho a la gente, es una fantasiosa historia de amor que jamás existió, cuentan como mi futuro esposo y yo, nos hemos conocido en la universidad, en una de esas tantas clases mutuas donde nos habíamos echado la mirada pero, éramos muy tímidos como para decirle una palabra al otro, también les habían dicho que, hemos cruzado por el mismo pasillo donde todo comenzó, entonces hemos chocado haciendo que nuestras miradas se encontraran y supimos que era amor verdadero, a pesar de que luego nos dimos cuenta de que nuestro compromiso desde jóvenes era inminente, nos queríamos no importara que, solo que hasta el día de hoy, no habíamos dicho nada al mundo por esto, el compromiso repentino del hombre que sería mi esposo y yo, fue una sorpresa para toda la prensa, claro que lo fue, y ahora esta falsa historia de amor cliché solo hizo que los medios se la creyeran y vendieran como pan caliente.
La realidad es otra, en mis años de universidad si había conocido a un chico que creía, era el amor de mi vida, pero, resultó ser el mayor cabrón que nunca he tenido el placer de conocer, con palabras dulces hizo que una joven e inexperta Daphne, se metiera en su cama, y con mentiras me envolvió para vivir en los departamentos del campus en dicha universidad. Entonces, todo aquel mundo de color rosa, se tornó oscuro y cruel, las primeras muestras de maltrato salieron a la luz, fui muy estúpida para creer que aquello era amor y que él me amaba tanto como para golpearme, justificando así que solo me protegía, hizo que me alejara de todo el mundo, inclusive mi familia, mudarme con él fue el peor error que pude haber cometido, sin embargo, justificó mi estupidez diciendo que, era una joven inocente e inexperta que creyó que esa basura como llamaremos a mi ex, era amor verdadero.
Estaba tan deprimida y arrepentida de mi pasado que hice todo lo posible para escapar de él y sin embargo pareciera que la vida se estaba burlando de mí una vez más, ¿Es que acaso había hecho algo mal en alguna de mis vidas pasadas como para tener que estar pagando por todos esos pecados en esta vida donde yo me creía inocente?, si bien, es algo que no puedo asegurar o tener una respuesta lo bastante segura, sea lo que sea que haya hecho, mi vida ahora iba de mal en peor.
Según las palabras de mi padre, esta unión eran un acuerdo desde hace tanto tiempo de yo nacer, en donde la empresa de mi progenitor junto con la de mi prometido, hicieron un acuerdo de unirse, con la condición de que sus hijos se unieran legalmente en un matrimonio, ni siquiera sabía si esta farsa tendrá la duración de toda mi vida, la mayoría de los matrimonios por conveniencia venían a tardar al menos un año. Y, sin embargo, yo no estaba segura de que este fuera mi caso. Ahora que me acerco cada vez más, no puedo evitar sentir que tiemblo, o que mis piernas me quieren fallar en el aquí y ahora.
Cuando mis damas van más avanzadas que yo, siento como alguien tira de mi brazo, levantó la mirada solo para toparme con la estoica mirada y sin expresión de mi propio padre, quien me vende cual granjero a una vaca, no parece importarle lo que yo sienta, y menos quiere saber mi opinión ante todo esto. Después de todo, él fue quien planeó esto antes de que yo naciera.
—Te advierto aquí y ahora que, si cometes un error, tu madre es quién pagará las consecuencias de tus actos. — Murmura mi padre sin quitar su rostro de seriedad, pero el muy hipócrita da leves sonrisas hacia los invitados que ahora nos miran, ha llegado la novia al lado de su padre. Una escena muy cliché y conmovedora. —
—¿Vas a amenazarme en el día de mi boda, Padre? — Murmuró hacia mi padre y con una sonrisa miró hacia los invitados. —¿No deberías tener algo de compasión por mí?, me voy a casar con un hombre al que no conozco y mucho menos amo. — Lo recuerdo con impotencia, siento que estoy caminando hacia un matadero.
—¿Quieres que te recuerde lo que hiciste al enamorarte de un hombre, Daphne?, quiero que te quede claro que de esto depende la vida de tu madre, vas a casarte y serás feliz al lado de tu esposo. Ahora sonríe de una maldita vez y deja de quejarte. — Las palabras de mi padre me lastiman y no es algo que le demuestro porque sé que esto lo complacería. Con la cabeza en alto sigo caminando, sonriendo hacia personas que no conozco y que en mi vida nunca he visto, el velo al menos puede disimular mi rostro de completo desagrado. El pasillo parece volverse cada vez más y más corto.
Giro mi cabeza hacia el lado derecho, donde están los invitados de la novia, es decir yo, pero la triste realidad es que no conozco a nadie, y si alguna vez lo hice, estaba segura de que no recordaría sus nombres. Mi corazón se encoge, cuando entre la multitud veo el rostro de mi madre que con una sonrisa me observa, está llorando de felicidad por su pequeña que va a casarse, entonces supongo que como a todo el mundo, le han mentido. Yo también quiero llorar, pero no es de felicidad en lo absoluto, suspiró varias veces y sé que debo enfrentar esto con la mayor valentía posible, debo ser positiva de que lograre sobrevivir a esta trampa, y rogar al cielo que no tarde toda mi vida.