Edward Estaba volviendo a casa, luego de pasar casi todo el día con Aarón, me gustaba hacerlo, pero no sé si mi cabeza estaba en condiciones de tal cosa, después de lo que había pasado con Allison anoche. Había sido demasiado, y ni siquiera tenía palabras para empezar a explicar todo lo que me había hecho sentir. Ahora podía ver que el problema de tener acceso a Allison, casi el cien por ciento del día era que, en realidad, quería tenerla siempre y anoche solo había sido el inicio, eso lo sentía en la piel. Si, me sentía algo enfermo, pero no había circunstancia en la que viera sus pechos y no me pusiera duro, eran tan perfectamente redondos, y sus pezones estaban siempre carmesí y maduros. Nunca había imaginado a qué sabía la leche materna, pero ver las gotas en las puntas de sus p