Kendrick bajó la mirada, se sintió desolado, recordó aquel día, cuando su madre estaba al borde de la muerte.
«Flashback:
—Lamento informarle que se acaba el tiempo, ella está muy mal, si no conseguimos el trasplante, morirá —dijo el doctor.
—¿Y la persona que resultó positiva para la donación no ha aparecido? ¿Le dijo que pagaré lo que sea?
—Lo siento, señor Granndach, no ha aparecido.
Kendrick entro a ver a su madre, estaba tan débil, recostada en una cama, ella tocó su mano.
—Promete que seguirás adelante, hijo, promete que lucharás por ser feliz, y serás siempre el gran hombre de negocios.
Los ojos de Kendrick estaban cubiertos de lágrimas.
—¡Madre, no me dejes, no quiero vivir en un mundo donde no estés!
—Es la ley de la vida, hijo, pero no quiero morir en estas cuatro pared
