Al día siguiente, Kendrick debía marcharse, e ir a trabajar. —Hoy veré a Ava. Shirley sintió miedo de sus palabras. —Tengo miedo de que te haga daño —dijo abrazándolo, él la acercó a su pecho. —No lo hará, no iré solo, llevaré a mi abogada, además, la veré en un lugar público, si intenta alguna de sus locuras, quedará en evidencia con muchos testigos. Él besó su frente. —Promete que volverás tan pronto como puedas. Él sonrió. —Lo juro, además, cuando vuelva, iremos con la doctora quiero que te revise, que nos diga que estás bien de salud y también nuestro mini conejito. Ella asintió, besó sus labios, lo vio partir. Respiró profundo, Shirley pensó en su abuela, y en su madre. «¿Dónde estás, madre?» Margaret estaba recostada en el suelo, mientras Kira estaba a su lado, recargada