—¡Suéltame, Edwin! —exclamó sintiendo su corazón palpitar violento.
—¡Nunca! Te he soportado desde hace mucho, ¡Bastarda! Ahora tomaré algo de dinero que merezco.
—¡Kendrick! —gritó Shirley con fuerza, como un grito de auxilio.
Kendrick entró con rapidez, y Edwin sintió el frío de la pistola apuntando su sien.
—¡Suéltala o juro que te mataré!
Los ojos de Edwin se abrieron impactados, nunca pensó que eso pasaría, sudó frío.
—¿Así que te has vuelto la mujerzuela de un mafioso?
Kendrick le golpeó con tal fuerza la cabeza, que él tipo cayó de rodillas, chillando.
Hank entró y miró a su padre, intentó golpear a Kendrick, pero un guardia lo empujó contra el suelo, inmovilizándolo al instante haciéndolo suplicar, cuando Hank vio a Kendrick de nuevo, sintió terror, era el mismo hombre que
