El colmo de la desvergüenza…
(Stéphane)
Va a ser mi primera noche sola en éste departamento. Le hago una vídeo llamada a mi amiga Clara y luego de saludarnos y halagarnos el tono de piel o los kilitos de más que habíamos adquirido en los últimos meses. Ella me pregunta por Sandor.
Sonreí muy falsamente y me quejé:
ꟷ ¡Me engaño de la forma más vil que conozco! ꟷ Un silencio sepulcral entre las dos marcaba lo increíble que era eso, entonces añadí:
ꟷ En nuestro departamento le encontré teniendo sexo con dos mujeres y otro hombre. ꟷ Clara se llevaba las manos a su rostro y le veía la indignación que estaba sintiendo y entonces habló encolerizada:
ꟷ ¡Stéphane dime qué echaste a la calle a ese maldito! ꟷ Yo asentí y sollozando respondí:
ꟷ ¡Lo hice! Pero me siento muy mal amiga, siento que he perdido todo, no tengo ni deseos de vivir. ꟷ Entonces veo que ella se detiene a pensar un momento y añade:
ꟷ Dime la verdad ¿Esos golpes del rostro y la situación de tu brazo te lo hizo él? ꟷ Ella era capaz de cruzar todo el continente para sembrarle una paliza a Sandor. Entonces muy cautelosa le respondí:
ꟷ Lo de mi brazo fue por mi torpeza, cruce la calle sin observar a los lados y me atropellaron, pero no fue nada complicado y lo de mi frente fue el sacerdote de la parroquia, pero lo hizo sin querer, yo lo asusté, tenía una barra en su espalda y giro cuando sintió mi mano en su espalda y me coronó. ꟷ No la veía muy convencida y cuestionó:
ꟷ ¿No me estarás mintiendo verdad? Sabes que solo tienes que pedirlo y yo viajo mañana para Bogotá. ꟷ Era una mujer muy incondicional y esto lo debía resolver yo misma así que le calmé, le expliqué cómo habian pasado las cosas y los términos en los que estábamos.
Seguimos hablando unos minutos más y llegó la hora de despedirnos. Prometió que me llamaría todos los días para ver cómo iban evolucionando las cosas.
Entre a la ducha para lavar mi cuerpo y resultaba bastante complicado hacerlo con una sola mano, pero bueno no había otra opción. Cogí un paño y lo enrede en mi cuerpo con cuidado. Fuí hasta la cocina agarré una bolsa con hielo y la puse en mi frente para evitar que el moretón que apareciera al día siguiente fuera tan notable. Me dirigí a la sala y corrí ese mueble asqueroso a un lado, puse un puff y me dejé caer en el para ver un poco la tele y evitar pensar.
Empezaba a cambiar los canales buscando algún programa de cocina, me distraen mucho, pero antes de encontrarme con alguno encontré Ink Máster podría ver ese reality show mil veces y no me cansaría jamás. Pero era más agradable si pedía algo de comer, porque no me sentía en condiciones de cocinar.
ꟷ ¡Pediré comida japonesa! ꟷ Exclamé y me fuí al cuarto por el teléfono para pedir el domicilio. Escuché la puerta principal y salí a ver qué estaba pasando. ¡Increíble! Era Sandor, había entrado como si todo estuviese normal y con enfado interrogué:
ꟷ ¿Qué haces aquí? ꟷ Era absurdo, pensé que no tendría qué lidiar con esa desagradable presencia hoy. Pero entonces se apresuró a decir:
ꟷ ¡Tienes que ayudarme! Salí de aquí y me dirigí a un hotel, pero antes de ingresar me abordaron unos tipos y me robaron. No tengo para pagar donde pasar la noche. ¡Apiádate de mí! ꟷ Lo amaba tanto que por un momento pensé en decirle que se quedará en el departamento, pero entonces una mirada al mueble trajo de regreso la razón para la cual las cosas estaban así y le ordené:
ꟷ ¡Me vale madres! Y me entregas esa llave, tú estás vetado de este lugar. Agarre de nuevo su maleta y se va a buscar a esos amiguitos. ¿Quiero ver si ahora qué estás en la inmunda te siguen apoyando? ¡Lárgate! ꟷ Y le dirigí una mirada asesina. Pero seguía insistiendo, hasta se atrevió a decir:
ꟷ ¡Préstame dinero por favor! Aún faltan varios días para recibir la quincena, ¡Por favor! ꟷ Aquí empezaba a dudar ¿Debía prestarle el dinero o no? Pero después de todo tampoco quería que durmiera en la calle así que saqué de mi monedero un aproximado de lo que costaba una noche de hotel y para que le quedará para algo de cenar y desayunar. Se lo dí y le quité las llaves. No podría volver a entrar, aunque como todo podía suceder, al día siguiente cambiaría las guardas.
Llegó el domicilio y por fin pude sentarme a comer, pero apenas estaba empezando a saborear el pollo cuando lo recordé y me ahogué en llanto, era su comida favorita ¿Por qué tenían que pasarme estas cosas? ¿Qué cosas malas había hecho en el pasado para merecer esto?
Se me quitó el hambre y guardé todo en el microondas. Apagué el televisor y me fui a la habitación, saqué las sábanas y sus almohadas, todo lo lancé al suelo, y lo saqué a patadas de la habitación, por lo menos así liberaba un poco mi frustración. Volví a tender la cama con sábanas limpias, me acosté y de pronto sentí la necesidad de llamar al sacerdote.
Le marqué y sonaba un poco ocupado así que traté de ser breve, establecimos la hora para la terapia del día siguiente. Él se oía muy interesado en saber cómo me sentía después del golpe que me había ocasionado, pero la verdad es que para todo lo que había vivido recientemente ese era un agregado.
Era como si la vida tratará de darme una señal. Como si debiera hacer un alto para establecer prioridades. Pero bueno después de conversar con él y que me diera algunas palabras alentadoras pude conciliar el sueño.
Despertarme al día siguiente fue traumático tuve que desayunar con píldoras analgésicas porque todo me dolía, aún seguía de reposo en el trabajo de la compañía. Al empleo de la tarde que era de mesera en un restaurante iba a renunciar. Con lo que ganaba en la empresa era suficiente para pagar el departamento completo y cubrir mis gastos. No quería mudarme, el ambiente en éste edificio era agradable.
Si por el contrario cuando regresara Sandor quería tener dinero extra, sería el quien debería emplearse, porque yo ya tenía en mente un plan para pasar mis tardes.
Me apersoné al empleo del restaurante y llevaba conmigo la renuncia por escrito, no iba a dejar que transcurrieran los días de reposo, quería empezar a poner mis cosas en orden con tiempo. Me liquidaron muy bien los meses que trabajé para ellos y me sentí agradecida por el trato que me dieron.
De allí pasaría a comprar algunos libros de superación emocional y encontré a un escritor del que he escuchado varias conferencias y me han parecido increíbles, se llama Walter Riso. Tenía infinidad de libros relacionados con el amor. Pero me decidí por “Enamórate de ti” revisé su precio y me podía llevar otro “Desapegarse sin anestesia” justo debajo de ese estaba el último de “Ya te dije adiós, ahora como te olvido” Estaba feliz con lo que llevaba en mis manos hasta qué se los pasé a la cajera y entonces ella dijo:
ꟷ ¿Te engañaron? ꟷ Eso me revolvió la bilis pero respire lento y le respondí:
ꟷ ¡No! Los llevo porque me amo. ꟷ Después reaccioné y había actuado muy grosera, así qué me detuve y le dije:
ꟷ Pero si, me engañaron. ꟷ Ella fingió una sonrisa y respondió:
ꟷ ¡Ya somos dos! ꟷ Y comprendí que no todo el mundo está dispuesto a burlarse, ella lo preguntaba porque había pasado por la misma situación y me comprendía, debería ser un poco más empática con las demás personas. Salí de allí con una lección aprendida.
Caminé hasta la parroquia y al ingresar me recibió una señorita muy amable que se encargó de buscar al Padre Amado. Cuando me vió se acercó y me dió un abrazo, que afectivo era éste religioso. Pero me agradó su abrazo, olía muy rico su perfume. Y de una vez indagó:
ꟷ ¿Cómo te has sentido? ¿Has tenido alguna sensación extraña? ꟷ Qué diferencia, mi marido, el hombre que decía amarme me vió anoche y solo se preocupó por pedirme dinero. En cambio éste hombre que me conocía apenas hace algunas horas estaba preocupado por mi salud. Sonreí mientras nos veíamos a los ojos y le chillé:
ꟷ ¡Perfecta! Algo adolorida pero he estado bien. Quise pasar un poco antes de la hora planeada porque estaba haciendo unas compras y aproveché de pasar para ver si me podía atender. ꟷ Miró de lado a lado como buscando a alguien y dijo:
ꟷ ¡Sígueme a mi despacho! Allí hablaremos con mayor privacidad. ꟷ Le seguí y entonces recordé el día anterior mientras le analizaba su espalda y lo que se escondía debajo de esa sotana. ¿Qué estoy pensando? El golpe como qué me dejó tonta. Me señaló el sofá y está ves se sentó encima del escritorio. Me pareció algo un poco informal. Sin embargo no le dí mayor importancia.
Inicio preguntándome por la penitencia del día anterior le respondí y luego me aclaró:
ꟷ Hoy hablaremos de las metas a corto y a largo plazo. De pronto no entiendes ¿Por qué estás interrogantes antes de escuchar tu problema? Pero es qué quiero conocerte porque me intrigas mucho. ꟷ Su aclaratoria me dejó confundida sin embargo le empecé a contar:
ꟷ A corto plazo quiero estar sana física y emocional. Quiero seguir en mi trabajo, disfrutando lo que hago, quiero dejar que me importe tanto lo que los demás piensan de mí. Quiero ser fuerte y que nada ni nadie me pueda hacer daño, soy muy frágil aunque veas mi temple un poco imponente. ꟷ Me estaba generando tanta confianza su forma de comportarse ante mí que no tenía miedo hablar de mis situaciones personales, nunca había conseguido pronunciar algo parecido ante otra persona. Pero él me proporcionaba seguridad. Veía que en su mente estaba analizando mis respuestas así que seguí hablando:
ꟷ A largo plazo quiero tener cosas materiales como una casa propia, un auto, una piscina, y planeo tener un hijo. Sé que me vas a regañar, me dirás qué eso no es amar. Pero quiero vengarme de mi esposo. Porque ahora le he pedido que se aleje de mi por unos meses. Si regresa va a conocer la peor versión de mí, porque la mejor se la entregué y no la valoró. ꟷ Esperé a que empezara con su discurso de hay que perdonar y bla bla… Pero me equivoqué porque exclamó:
ꟷ Te entiendo y apoyo tu plan. Te parecerá absurdo lo que te voy a decir pero desde ayer no he podido dejar de pensarte, sé que podrías salir corriendo en éste instante acusándome de ser un acosador, pero no sé si tenga otra oportunidad y me arriesgo a pedirle que no me vea cómo sacerdote. ꟷ Empezó a soltarse su sotana, la colocó encima de la silla, zafó de su cuello el clériman y lo puso en el escritorio, buscó una silla y se sentó frente a mí, prosiguió:
ꟷ Quiero qué me vea cómo a un hombre, no puedo resistirme observando tus labios, deseo besarlos y saber que se siente rozar con ellos los míos. ꟷ Quedé idiotizada ante sus palabras y empecé a observar su boca, también lo deseaba y sin dudarlo se abalanzó sobre mí y me besó…