III

200 Words
Querido Adrian: He pasado de lunes a viernes en casa de mis padres. Pensé que ellos me recibirían con cariño, preocupados o felices de volverme a ver, de volver a ver a su amada hija que hace tanto se había ido, pasar por su hogar, que se comportarían como unos padres normales que tenían mucho tiempo sin ver a su amada hija, pero no... estaban molestos, de hecho, estaban llenos de rabia. Me di cuenta de que pienso mucho y hago poco, supongo en vez de preguntar. ¿Por qué todo está mal en mi, Adrián? Siento que tienes razón cuando me dijiste que me equivoco, que soy torpe, que nunca pienso bien las cosas, que no me concentro. Lo soy, hoy casi rompo un florero cuando barría. No soy suficiente, Adrian, lo sé. Lo recuerdo porque me explicaste que nadie me amaría como tú lo haces. Sólo tú me amas.  Quizás me merezco todo esto, quizás tu solo estás intentando cuidarme y hacerme mejor. Yo siempre saboteo cada intento de arreglar mi vida, por eso necesito de ti. Tú que eres lo mejor que me pudo haber pasado, eres la razón por la que mi persona progresa. Elena Drawford. 27 de septiembre de 2003.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD