IV

222 Words
Cada vez que vuelvo, Adrian, me recuerdas mis errores. Me los echas en cara. ¡Sé cuando me equivoco! Pero no lo hago siempre, normalmente me comporto bien y hago lo que me pides. Y sí, esta vez te levanté la voz, ¡y sí! Me sentí conforme con mis palabras, con todo lo que te dije, pero, ¿por qué te fuiste así? Tú me dijiste que debía ser honesta, hablar cosas con argumentos, y no decir "tonterías sin motivo". Te lo dije, ¡cuánto me molesta las veces que dices groserías, tú no eras así. Siempre me tratabas me dulzura, cariño y delicadeza! Me gritaste aún más, no me importó gritar entre sollozos, sentía como mi corazón estallaba en mil pedazos. Fuiste tan grosero, tan... hipócrita. No conocía este lado tuyo, ¿estás son las cosas a las que nos enfrentamos al no conocer del todo a una persona? ¿O es que deliberadamente ocultaste este lado de ti y siempre existió? Porque bien me lo demostraste hoy, yo no te conozco, y jamás lo he hecho. Dormía con un completo desconocido, dormía con el enemigo a mi lado. Esa idea me hace helar la sangre.  ¿Qué le hiciste a mi Adrian tierno y amable? ¿Dónde quedó el amor?  ¿Quién eres tú? ¿Qué es este monstruo en el que te has convertido? No lo entiendo. Elena Drawford. 29 de septiembre de 2003.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD