V

191 Words
Conocí en la plaza a un joven tan amable, pero no tienes idea de cuánto me dolía ver su cara de aflicción al ver ese pequeño morado en mi brazo, el que tú me causaste. Su cara era de pena y terror.  Le expliqué que no era cuestión de preocupación, que todo en mi casa estaba bien, y me dijo que esto era maltrato, le repliqué que no tenía idea de cómo era nuestra relación y que no era de su incumbencia. Mi hospitalidad desapareció tan rápido como llego, no quería escucharlo más.  Me molesta, me enfurece, nadie tiene derecho de meterse en nuestra relación. Sólo tú y yo podemos arreglar lo que sea que suceda. Aunque no hay nada que arreglar por ahora, porque somos tan felices, ¿cierto? Me alegró mucho verte hoy en casa, arreglando tus papeles para el trabajo. Eres tan dedicado. Me hubiese encantado ayudarte, pero sólo tú comprendes tan bien tu trabajo. Estarás tres días fuera de casa, te extrañaré. Pero en cuanto estés aquí conmigo, no dejaré de hacerte feliz, y sé que tú te preocuparás por hacerme feliz a mí.  Siempre tuya, Elena Drawford. 30 de septiembre de 2003.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD