VIII

244 Words
Traté de huir, dios mío, ¡me ibas a matar! Me matarías, cuando me viste con Zeus, él me trató de proteger de ti, pero yo tenía que hacerte frente, aunque pensé que me desmayaría del terror, me fui contigo, era mi deber, eso creo. Zeus quería que me quedase, pero eres mi esposo y debía estar contigo. Llegamos a casa y me diste una bofetada que me hinchó la cara, me ardía tanto, pero no era solo el dolor de mis mejillas, también me dolía el corazón, no quería creer que eras capaz de hacerme esto, pero aún así: luché. No moriría así, en tus crueles manos, en esas manos llenas de odio. Te grité que debías parar, te exigí respuestas: ¿Qué haces al salir del trabajo? ¿Quién era la otra mujer? ¿Realmente me amabas? Me miraste con odio., ya no existía ni un rastro de amor en tu mirada. El Adrián que alguna vez amé, se había ido para no volver. Traté de correr hasta la puerta, pero me halaste del cabello y me tiraste al suelo, me gritaste tanto, me dolieron tus palabras tanto como el golpe, quizás más. No te bastó eso... Debías destrozarme completamente, debías destruir mi voluntad, y lo lograste cuando en el suelo me gritaste: "eres una puta y te daré lo que mereces"... Quiero borrarlo de mi mente... Pero los golpes en mi cuerpo mientras me violaste, no se irían así tan fácilmente de mí. 21 de octubre de 2003.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD