Éste amor está bien

VII

Otra vez ese muchacho... me lo encontré en el supermercado, más no hizo comentarios sobre mi aspecto tan deplorable, la verdad es que se lo agradezco, tengo un espejo, sé lo mal que me veo. Conversamos un poco, me dijo su nombre y su edad. Zeus, 23 años. Vivía a una calle de la nuestra, en una casa con su madre y su hermana, dice que siempre me ve pasar.

Él es muy amable conmigo, ¿sabes? Me recuerda a nosotros cuando nos conocimos, tan jóvenes, tan enamorados... Tú eras como él, soñador de altas expectativas, amable, bueno, sonriente e incluso romántico, pero ahora, ¿quién diablos eres Adrián? ¿En qué te has convertido? ¿En qué andas metido? ¿Con quien andas a tan altas horas en la calle? Sé perfectamente que sales del trabajo a las 5 pm, ¿por qué llegas a las 11 o hasta el otro día en la madrugada? Seguro te quedas con esa mujer, lo sé...

Tengo tantas preguntas, ni una sola respuesta clara de tu parte, solo me esquivas, cambias el tema o te ofendes y dejas de hablarme.

Gritos y maltratos, en eso se convirtió nuestro amor. Ya no hay felicidad, es solo sufrimiento y tristeza. No queda ni rastro de lo que fue antaño.

Elena Drawford.

10 de octubre de 2003.