—¿Si? —Si, da hasta risa. Asi que, tranquilo, me quedaré con él, será como un proyecto. Lumiere mirándola aún preocupado porque conocía que Angelica no era para nada dócil y que su paciencia era debatible, enseguida le respondió: —Bueno, como usted diga princesa. Si se cansa, hágamelo saber para buscarle una excelente muchacha para el puesto. —Esta bien, te avisaré. Pero cualquier cosa dile a mi esposo que tu tomaste la decisión mientras Carmen se recupera. Sé que el muy idiota me puso al hombre serpiente a propósito para martirizarme porque sabe que odio a los escoltas. Asi que hazlo feliz y dile que sufro mucho. —¡Si, yo mismo le diré que me tomé el atrevimiento de pedirle el favor a ese caballero mientras mi hija está mal no se preocupe princesa, cuente conmigo! —Se acercó un poco