Londres Inglaterra.
Mientras tanto, Ivan…
El pelinegro, después de aquel encuentro con esa dama pretenciosa a la cual aparentemente le arruinó él día, conducía hasta su apartamento, que quedaba en una zona muy prestigiosa de la ciudad. Ivan a pesar de haberse criado en la cárcel, ya que, su padre duró más de veinte años en prisión, por cargos criminales como: asesinato, trafico ilegal de armas y extorsión, aún poseía dinero en sitios clandestinos del país y le proveyó de una buena vida a sus hijos y a su esposa, cuando no estaban con él en la cárcel visitándolo.
Su padre, quien también tenía su mismo nombre (Ivan Sajarov) anheló tener siempre un hijo varón, a pesar de que en su primer matrimonio tuvo una hija. Pero a aquella chica llamada Ivanka, nunca le importó, ni siquiera construyó una buena relación con ella. Para aquel hombre de origen ruso, sus ojos eran sus dos hijos varones, por lo tanto, amaba mucho a Ivan Sajarov Jr. o Ivanno como lo llamaban en casa para diferenciarlo de él.
Entonces, aquel hombre mientras estaba en la cárcel le dio una muy buena vida llena de lujos a su familia y a sus dos hijos diciéndole a las autoridades que su esposa tenía dinero y no él, cuando todo era lo contrario. Sin embargo, no todo era color de rosas para la vida de Ivan Sajarov hijo, porque Ivan Sajarov padre, no perdió la costumbre de tener a un grupo de mafia a su mando, asi que, diez años después de que estuvo preso y cuando las cosas se calmaron y él no estaba en el ojo público, formó a un grupo de mafia desde la cárcel y su esposa Jessica Márquez, la madre de Ivan Jr. nativa de Puerto Rico era la que lo ayudaba con esa operación.
Jessica (una exbailarina nudista) era la que ayudaba a su esposo fuera de la cárcel, introdujo a su hijo mayor en ese grupo para que siguiera las directrices de su padre cuando cumplió los quince años, ya que, su esposo a esa edad, el abuelo Sajarov lo metió al mundo de la mafia.
—¡Mamá, no quiero terminar en la cárcel como papá, yo quiero hacer otras cosas! —dijo aquella vez Ivan de trece años a su madre antes de irlo a bautizar a una familia perteneciente en la mafia.
El joven Ivan Jr. desde pequeño quiso ser musico, ya que, a la edad de cuatro años, escuchó tocar el violín, a uno de los presos de la cárcel, y desde ahí le interesó la música clásica, por lo tanto, pertenecer a ese grupo de mafia no estaba en sus planes. Asi que, al ver que a sus padres solo les importaban esos asuntos, decidió callar sus deseos. Entonces, Jessica como amaba más a su padre que a ellos quería que hicieran su legado.
—¡Eres un Sajarov, por lo tanto, debes complacer a tu padre. Tu sabes lo mucho que él ha sufrido en la cárcel, asi que, desde que empezaste a dar los primeros pasos en tu vida, sabes cómo es el negocio! ¡Déjate de mierdas y haz lo que tu padre dice ¿entendido?! —dijo Jessica aquella vez, regañando a Ivan hijo de trece años.
—¡Pero mamá, papá no es un buen ejemplo!
—¡Silencio! —Lo regañó en español porque ella era oriunda de Puerto Rico— ¡o si no tú mismo hablaras con papi. Tú sabes que papito odia perder y no le gusta que le lleven la contraria, asi que.... No tienes escapatoria!
—¡A ti siempre te ha importado más papá que nosotros mamá! —dijo el jovencito aquella vez, con lágrimas en sus ojos.
—¡Ivanno no me tientes a hablar con papi o si no, te va a ir muy mal!
Él aquella vez, sintió que todo estaba perdido, asi que, solo bajó su cabeza, y siguió las ordenes de sus padres. El patriarca se había contactado con una “familia” (un grupo de mafiosos rusos llamados “Las Anacondas”) los cuales operaban en Asia y les dijo que iba de nuevo al ruedo, operando desde la cárcel pero con su hijo al mando, un Sajarov de sangre. Él y su madre Jessica a esa edad siendo tan solo un joven adolescente, viajaron a Rusia y allí lo bautizaron tatuándole una gran anaconda que le llegaba desde la nuca y le recorría hasta su costado izquierdo, perteneciendo desde esa temprana edad a ese grupo de mafia los cuales traficaban armas.
Él vivió en Rusia por cinco años para aprender todo acerca del grupo, sin tener la vida normal de un adolescente, ya que, asistió a clases de secundaria solo de manera virtual. Por lo tanto, fueron años duros y muy fríos, pero no podía hacer nada porque estaba hasta el cuello en ese grupo de mafia. Sus sueños de ser musico se esfumaron, pero de vez en cuando estando en Rusia se daba sus escapadas para teatros y así escuchar un poco de la música que tanto le llamaba la atención. A escondidas, en toda su juventud, el pelinegro quien a medida que crecía se ponía cada vez más guapo, aprendió a tocar varios instrumentos como el violín, y el piano pero nadie, ni siquiera sus padres o hermano menor, sabían esa parte de él. Su modo de relajación era con la música clásica y ese era su escape a ese estilo de vida la cual ya no quería tener.
Entonces, cuando el joven pelinegro veía que estaba algún concierto de música clásica, liberaba su mafiosa agenda y hacía todo lo posible en ir. Él al enterarse que había una pianista de música clásica que iba a dar un concierto ese día, quiso comprar las entradas de forma online, pero fue demasiado tarde porque se agotaron en menos de 4 minutos. Así que, tuvo que recurrir a revendedores para conseguir si quiera un puesto. Su amigo Dimitri quien era prácticamente como su asistente, le consiguió los últimos puestos, pero, Ivan estaba más que contento yendo a su apartamento. Dimitri, tampoco sabía ese lado con clase de Ivan, ya que él, tenía que mostrarse ante todos fuerte y nada de débil para que lo respetaran en su trabajo. Asi que, mientras Ivan conducía, escuchó a Dimitri decir:
—¡Entonces, ¿vas a ir a ese sitio tan aburrido esta noche? La verdad no sé como se agotaron esas entradas! Si fuera no sé, el encuentro de: “Los piojos del metal” te creería pero no de una mujer tocando unas canciones todas raras.
Ivan con su mirada en el camino al escuchar lo que dijo Dimitri, se ofendió un poco, por lo tanto, disimulando un poco sus conocimientos le respondió con aspereza:
—No son canciones, son piezas.
—Jajaja ¿piezas?, lo que te sé decir es que esas piezas dan es sueño. Pero pobre de ti que tienes que aburrirte ahí, suerte que no te conseguí los primeros puestos, por lo menos desde atrás puedes buscar al que te debe.
Ivan quien no quería que sus gustos de música clásica se revelaran, le inventó a su asistente que él solo asistiría a ese concierto solo para buscar a “un deudor”. Asi que, con fingimiento le respondió aun conduciendo:
—Eh… sí. El maldito no me pagó una nueve milímetros que le vendí hace poco. Averigüé con James que estaría ahí. Asi que… me sacrificaré un poco escuchando esas piezas de música clásica.
Dimitri de forma burlona, tomó el itinerario de lo que se iba a tocar en aquel concierto y empezó a pronunciar mal cada uno de los nombres de las piezas que en este caso, Angelica Wallas Dubois iba a tocar. Y Dimitri riéndose a carcajadas sin saber que esos eran los gustos de Ivan, mostrándole con el dedo índice los nombres de lo que se iba a tocar le dijo:
—Jajajaja mira esta porquería Ivanno jajajaja y que la abertura de Chelcosky, jajajaja la abertura de que, ¿de su culo? Jajajaja.
Mientras que Ivan estando serio, se moría del enojo, apretando sus manos al volante porque odiaba que su amigo se burlara de esas piezas clásicas que tanto le gustaban. Asi que, se decía en pensamientos:
«Ah, estúpida bola de grasa, como quisiera golpearte por burlarte de esos grandes maestros. Pero…no puedo hacerlo o si no sospecharías de mí.»
—Jajajaja, que loco y complicada se ve toda esta mierda.—Decía Dimitri en tono de burla— Me imagino al montón de estirados que van a estar ahí viendo la abertura del culo de Chelcosky.
Ivan no lo soportó más y soltando un suspiró gracias a su desagrado, mirando hacía el camino le respondió en un tono de voz alto:
—¡No es la abertura del culo de Chelcosky malnacido, es la Obertura de 1812 de Tchaikovsky, lo estas pronunciando mal y también el nombre!
En ese mismo instante, la risa burlona de Dimitri se le desapareció al ver que Ivan o Ivanno como lo llamaban sus padres y él, estaba enojado. Luego, él dirigió su mirada a aquel panfleto de nuevo y pudo corroborar que era tal y como lo corrigió Ivan quedando boquiabierto y a la vez sorprendido le dijo:
—Oye, ¿Y cómo sabias que se llamaba así? que yo sepa no lo has leído.
Ivan paseando sus pupilas hacía ambos lados, en cuestiones de segundos le respondió evadiendo a su suposición.
—Pues…lo vi de reojos hijo de perra. Además tú sabes más que nadie que tengo memoria fotográfica.
Dimitri quien era de esas personas relajadas y un tanto despistadas sin si quiera sospechar algo de Ivan, le contestó:
—¡Ohhhh, ya veo. Vaya, eres genial anaconda, ojala yo fuera así. Lo único que sirvo es para meterme hierba y hacerte mandados jajajajaja!
—Oye, ya que hablas de anaconda, mañana haz una cita con la rata Lewis, voy a retocarla ya le toca. Quiero ponerle colores más vivos a la serpiente.
Mientras tanto Angelica…
La princesa fue recogida por sus sirvientes y Carmen su asistente le limpió el rostro con una toalla húmeda y volvió a retocarse el maquillaje de nuevo para ir a casa de sus padres Rosa María y Henry. Ya le faltaba poco para llegar y mientras se pintaba sus labios de inmediato le dijo:
—¿Me veo decente?
—¡Si, ya se ve decente señora!
—Ok, cuando lleguemos a la mansión, trata en lo que más puedas no decir nada de Jean Paul. Si te llama, desvía sus llamadas, no quiero saber nada de ese idiota mientras estoy aquí. Espero que no se aparezca en el concierto.
—No se preocupe señora, si su madre, su padre o sus hermanos me preguntan por como van las cosas le diré que todo bien.
—Exacto —respondió Angelica con una sonrisa nostálgica—, no les digas absolutamente nada. Si papá sabe lo que me pasó antier se muere, y también, no hables del tema ante mi hermano Antonio, ese hombre me lee hasta los pensamientos.
Minutos despues…
—¡Hola Angelica! —contestaron sus hermanos gemelos menores Arthur y Albert al mismo tiempo.
Ellos estaban vestidos con uniforme de tenis y tenían como unos 18 años y eran pelinegros de ojos verdes como su padre. Ella les dio un gran abrazo a los dos porque tenía como unos tres meses sin verlos.
—¡Ay, extrañaba sus voces! la verdad ustedes me dan algo de miedo cuando hablan al mismo tiempo al igual que nuestras tías las trillizas. ¿Dónde están mamá y papá?!
—¡Están en la cancha con Antonio y Axel!
Antonio era el hermano mellizo de Angelica y tenía la misma edad, 26 años. Era un guapo moreno de piel canela de ojos verdes, ya que él a diferencia de Angelica, salió moreno como su madre pero con los ojos de su padre. Y Axel fue el tercer embarazo de su madre Rosa María y su padre Henry, él tenía 20 años de edad y era más parecido en físico a Angelica que su mismo hermano mellizo. Sus dos hermanos menores tomaron a Angelica de cada una de sus manos y junto con ellos fue hasta la cancha para ver a sus padres. Todos estaban muy emocionados porque esta noche era su concierto. Angelica al estar en casa, deseó con todo su corazón seguir viviendo ahí y tener su vida privilegiada de antes cuando tenía mucha paz y era soltera. Asi que, no aguantó la nostalgia y al ver a sus padres vestidos con ropa de tenis sentados en una silla mirando a sus hermanos jugar en la cancha, de lo más tranquilos bebiendo una limonada, enseguida, las lágrimas se le salieron de sus ojos.
—¡Papi, mami! —exclamó.
Henry y Rosa al ver a su hija de inmediato la recibieron con una sonrisa.
—¡Oh! ¡nuestra princesa llegó a casa!
Angelica con sus grandes tacones, fue corriendo hasta donde ellos y de inmediato los abrazó queriendo tener su antigua vida.
—¡Papi, mami los extrañé mucho!
Antonio su hermano mellizo paró de jugar y mirando a Angelica desde lejos, al verla llorar entrecerrando sus ojos se dijo en pensamientos:
«¡Mmmmm, como que le pasa algo a mi hermana, esa mujer no llora!»
Nota de la autora Lily.
¿Será que su hermano mellizo se enterará de la verdad de lo que le sucede a Angelica? ¿Será que ella y el Anaconda se encontraran de nuevo en el concierto? entérate de esto en el siguiente episodio. Comenta con un corazon y una serpiente si te gustó