JARA
“¡Cierra los ojos y desaparece! ¡Cierra los ojos y desaparece! ¡Cierra los ojos y vete!”
Pero aunque lo repitiera mil veces, no pasaba. Seguía aquí.
—¡Owen! ¡Owen!—¡Yo era una completa inútil y ahora había metido a Owen en problemas.
Mi captor se marchó y su lugar lo ocupó…la reina.
Liberó todo mi cuerpo y tomó mis manos, sentía una mezcla de frío y caliente al tocarla, como si no pudiera decidirme cuál era, frío o caliente.
—Tienes miedo, casi tiemblas. Tu personalidad ha cambiado mucho, antes eras una mujer muy valiente, defenderías a aquel hombre con tu vida y…de ser la Jara de antes ya hubieras intentado llevártelo de aquí, en su lugar solo tiemblas ante mí. Perdiste todo lo que te daba valía y aún así crees que serás capaz de recuperar eso. Eres ella, pero a la vez no, te falta experiencia y muchos, muchos años de vida.—su mano se fue a mi pecho, sentí mi cuerpo desvanecerse, mis energías huían como si fuera cosa de la reina, no podía resistirme a ella, además de que estaba muy asustada, incluso su perfecto aspecto me daba miedo, su cuerpo era ligeramente diferente al mío y sabía que ella era en su reino como una persona invencible, pero cuando estuve a punto de desmayarme, tomé fuerzas, ¿de dónde? No lo sé, pero mi cuerpo se llenó de una energía extraña y mi mano se levantó contra ella.
La acción fue tan rápida, que creería que mi cuerpo respondió solo a ese movimiento, ni lo pensé, fue casi involuntario, pero con mucha fuerza, fuerza que no era mía.
La reina salió disparada pero sus alas amortiguaron todo y ella quedó solo suspendida en el aire.
Mi respiración se sentía agitada, mi pecho subía fuera de lo normal y aquello seguía bullendo en mí. ¿Qué era?
¿Qué era esta sensación?
¿Por qué tenía estas fuerzas? Sabía que no eran mías, pero seguía tirando de ella hasta hacerla mía, repartiéndola por mi cuerpo.
“Jara.”
Era…Owen.
Estaba en mi cabeza.
“No pelees con la reina, ahora estoy…algo ocupado. No pelees con ella.”—sugería con afán.
—¿Incluso si me quiere matar después de golpearla?—pregunté en voz alta, Owen no lo escucharía, ¿cómo le respondía?
“Solo piénsalo, yo lo sabré.”—aclaró él mi duda.
“Creo que ya es tarde para no pelear, la he golpeado. Por cierto, ¿qué es toda esta fuerza que tomo de ti? Es muy, muy fuerte.”
“Peligrosa e inestable, por eso no pelees contra la reina, Jara. Iré en unos minutos, aquí hay un chmaratiano que es muy peligroso.”
“¡No te distraigo!”—imagino que él estaba peleando contra quien esta antes raptándome.
La reina voló hacia mí y yo apreté mis puños, Owen me dijo que no peleara y yo haría caso a lo que me indicó.
—¡Lo lamento!—me disculpé con rapidez.—Usted robaba mis fuerzas y yo…solo me defendí.—intenté explicarle.
—Jara, me tocaste. Deja que yo te toque también.—sentía algo extraño proviniendo de la reina, tenía sus dos manos levantadas hacia mí, se acercaba en dirección a mi cabeza. Cerré mis ojos mientras mi cuerpo era recorrido por un escalofrío esperando el toque de la reina.
Pero algo iba mal.
Por mi mente pasó la fugaz idea de que si la reina me tocaba…me iba a causar un gran daño.
“¡Pelea, Jara!”—gritó la voz de Owen en mi mente, pero las manos de la reina estaban muy cerca, no sabía qué hacer y solo se me ocurrió gritar.
No había tiempo de nada más.
—¡¡OWEN!!—no quería morir, no sabía qué hacer y tenía mucho miedo. Primero me dijo que no peleara y a último segundo me pedía que lo hiciera, y yo no era una guerrera, no sabía qué hacer y aquel primer golpe no fue más que instinto.
Cerré mis ojos con fuerzas, esperando lo que sea que fuera a pasar, a pesar de que tenía aquella fuerza y creía poder defenderme, dejé que el miedo me paralizara, porque ni sabía cómo pelear, no tenía instinto para esto, solo funcionó una vez.
Sentí un cabello que rozó mis brazos y entonces abrí los ojos.
Owen estaba frente a mí y las manos de la reina sostenían su cabeza, observé sus manos caídas y…su cuerpo iba tomando color, como si estuviera pasando de vampiro a humano.
Las lágrimas bajaron de mis ojos, inundado mi rostro, extendí mis manos hacia él y su cuerpo se sentía muy blando, estaba muy caliente.
—¡Uy! Creo que me excedí un poco.—dijo la maldita voz calmada de la reina. Owen cayó hacia atrás quedando sobre mis brazos.
—O…wen.—sus ojos cerrados y aquel aspecto tan diferente en su forma humana que lo hacía ver muy frágil. Sus labios tenían más color, al igual que sus mejillas, sus nudillos estaban enrojecidos y…y él parecía estar inconsciente. Toqué su rostro y él no reaccionó.—¿Qué fue…lo que le hiciste a Owen?
—Freí un poco su cerebro, pero en mi defensa…te lo iba hacer a ti.—levanté mis ojos hacia la reina.
La odiaba, la odiaba y quería matarla, solo que con Owen desmayado ya yo no tenía su fuerza y la mía no era mucha.
Tomé su mano y la puse en mi cara.
“¿Qué hago? ¿Qué hago ahora?”
“Piensa en tu cuerpo, Jara. Debes regresar, por favor. La reina es peligrosa. Vete.”—su voz seguía en mi cabeza.
“¡Pero no puedo dejarte!”
“Y yo no puedo marcharme”
“No te abandonaré, Owen.”
“Entonces…¿quieres ser un estorbo para mí?”
Un…estorbo.
No era de utilidad para Owen y yo era consciente de eso, por eso él había terminado así y mi ataque a la reina fue lo que desencadenó esto o mi presencia aquí.
Ahora Owen tenía el aspecto de un humano y parecía estar muy desprotegido en ese estado.
“Lo siento, Owen.”
“Queda poco, Jara. Nos volveremos a ver.”
Cerré mis ojos y solo pensé en mi cuerpo, mis hermanas a pesar de que mi mente solo estaba queriendo pensar en Owen, me obligué a rechazar mis pensamientos y regresé.
Regresé a mi cuerpo.
Cuando abrí los ojos, mi habitación estaba llena de todas mis hermanas y Brais.
Comencé a llorar ante mi inutilidad y por el problema en el que había dejado a Owen.
—No quiero ver a nadie, por favor, salgan de mi habitación.—pedía a ellos sin darle la más mínima explicación de lo que había pasado, de todo lo que había sucedido.
Solo fui un estorbo para él y por mi culpa quedó herido.