JARA
—¿Cómo fue que llegó ella aquí? ¿Cómo entró si no había entrada hacia ti, Owen?—la reina se aproximó con lentitud, yo me coloqué delante de Owen en un intento por protegerlo, a lo que él se colocó frente a mí.—¿Alguno de los dos va a responder o…tendré que sacarles la verdad? ¿Qué hace la loba aquí?
—Ya se va.—dijo Owen, como si aquello fuera suficiente para la reina o más importante, ¡como si yo supiera como irme! ¡Apenas supe cómo llegar!—Jara, vete ahora.
—No, no saldrá de aquí. Ha entrado a mi reino sin mi permiso, accedió a mí prisionero y no es mi invitada, ¿crees que solo se irá?—el hombre a su lado parecía querer decir algo, pero solo permanecía con la mirada baja, a esperas de las órdenes de su reina.—Bebiste de ella, por eso supe que había alguien aquí. Percibí un incremento masivo de tu poder, gracias a la sangre de la loba.—La reina extendió su mano para que yo fuera hacia ella, obviamente no lo hice, estaba asustada.
Esa mujer daba mucho miedo, jamás había visto una criatura como ella, pero era fácil saber que no era una humana y no solo por las enormes alas que habían en su espalda.
Su voz de calma no me transmitía ninguna calma.
—Owen…¿vamos a tener que pelear contra ella?—dije con voz temblorosa, podía decir que me temblaban también las piernas.
—No, nadie va a pelear. Si solo desapareces, todo va a estar bien.
—Pero no sé cómo hacerlo. ¿No lo entiendes? Hasta hace nada también creía que era un sueño. No sé usar ninguna de mis habilidades, solo hace poco me convertí por primera vez en una loba. Esta Jara no sabe pelear, lo que es una pelea o como usar sus poderes. Y para ser sincera, tengo miedo. No soy una guerrera como mis hermanas.
—Ni tendrás que pelear. Cierra tus ojos y piensa en regresar, piensa en que quieres regresar y eso harás.—cerré mis ojos pero justo cuando iba a pensar…mi cuerpo fue envuelto por enormes ramas que me alejaron en un pestañeo de Owen mientras la persona que había al lado de la reina me llevaba por los aires no sé a dónde.
—¡Owen! ¡Owen!—mi corazón latía con mucha prisa conforme me alejaban de él, una rama cubrió mi boca y ya no pude llamarlo, solo…presencié cuando la reina lo volvió a encerrar, pero Owen lograba salir de nuevo de aquel lugar. Entonces ¿siempre pudo salir de ese encierro?.
Estaba a oscuras y casi ya no podía ver.
Me alejaba y me seguía alejando.
Solo deseaba estar con Owen, volver a él, saber que estaba bien, aunque…mi presencia allí solo podía estorbarle. No sabía usar mis habilidades a pesar de que mis hermanas decían que eran grandiosas, entre ellos la decisión siempre estuvo muy dividida. Era…dejarme tener una vida normal, muy humana o enseñarme a utilizar todas mis habilidades, pero como no llegaban a un acuerdo, aquí estaba yo, como una inútil, con una loba dentro de mí que no sabía cómo utilizar o ir en ayuda de Owen. Había llegado a este reino y ahora no sabía cómo irme y aunque lo hiciera…no quería dejar a Owen y el problema ya estaba creado.
(…)
BRAIS
—¡La escuché gritar!—decía Arti con desesperación.—Llamó a Owen, pero…parecía desesperada. Estoy muy preocupada.
La habitación se había llenado de lobas desesperadas porque Jara no despertaba y parecía estar en problemas. Lucero se había quedado con los niños mientras Arti fue a llamarme con desesperación.
—No podemos hacer nada, al menos nunca pudimos hacer nada con Lucero cuando lo hacía. Tiene que ser decisión de ella volver a su cuerpo.—dije a sus hermanas.
—¡Pero Jara no conoce el uso de sus habilidades!—exclamó Isabel.
—Y eso es gracias a ustedes.—dije con enojo. Cientos de veces les dije que era más seguro para Jara el saber defenderse, pero se empeñaron, al menos la mitad de ellas, en darle una vida normal y en estos cuatro años Jara apenas se había transformado en loba, creo que una sola vez. Parecía estar en problemas y era muy seguro que no sabe cómo regresar.—Si está con Owen, a lo mejor no esté en peligro.
—¡Owen es un prisionero, Brais!—Arti golpeó mi hombro como si yo hubiera dicho algo malo.—¿Cómo podría él protegerla?
—Además mira su rostro, luce en tensión. Obviamente está en problemas.
—Amaris, ¿qué podemos hacer?—preguntó Gwen.—Isabel podría llevarnos a la entrada de Chmarat y allí pedir que se nos entregue la proyección de Jara. Pedir disculpas a la reina y asegurar que no volverá a suceder. No logro ver otra salida, solo esa.
—Nada asegura que se nos devolverá a Jara, tampoco tenemos la certeza de que ella está allí.
—Pero Christine, algo hay que hacer. ¡Di algo, Amaris!—dijo una desesperada Gwen. Lara se sentó a su lado mientras Sofía dejaba una toalla húmeda en su frente.
De pronto Jara comenzó a temblar, como entrando en un estado de convulsión, su cuerpo se movía de un lado a otro sobre la cama, varias de sus hermanas la sujetaron y ella las golpeaba, como si estuviera peleando.
—¿Estará intentando transformarse? No podrá, si se proyecta como humana, no puede cambiar a loba. ¡Maldita sea! ¡Isabel! Llévanos, Christine, Gwen y Arti viene conmigo.—dijo Amaris.
—Esperen, esperen…Están olvidando algo importante, sé que están preocupadas , pero si Jara estuviera siendo herida o algo de ese estilo, ya se reflejaría en su cuerpo real, pero no veo ninguna herida en ella. Es necesario que esperemos un poco, por favor. No hay que precipitarse a ir a Chmarat. Amaris, solo te pido un poco más de tiempo.
—Brais tiene razón, confiemos un poco en ellos. Owen no dejaría que nada le pasara a Jara, suponiendo que ella está allí.—Temari se sentó junto a ella y acarició el rostro preocupado de su hermana
Todas habían influido en la toma de decisiones en cuanto a la vida de Jara, pero cada día yo me cuestionaba si estaban haciendo bien. Tardaron mucho en hacer que Jara se transformara y hasta el sol de hoy no tenía idea de sus habilidades y por lo visto ellas no tenían mucho interés en enseñarles. Se estaban sumergiendo en la vida humana y cada una de ellas eso les gustaba, incluso a Arti, a quien jamás le gustó el mundo exterior.
O yo, que ahora estaba metido de lleno en ser un excelente presidente de mi empresa.
Estos cuatro años fueron de muchos cambios y no todos eran para bien o para hacernos sentir mejor.
(…)
RAINELYS
—¿Quién diría? Vi que su unión se rompió cuando separé el cuerpo de Jara de el de Lucero, pero…ha vuelto esa conexión. ¿Por qué antes se rompió?—me acerqué con cautela a Owen luego de que él logró salir de mi encierro.—¿Siempre pudiste salir?
—Estoy respetando sus condiciones, pero no me lo pone fácil.
—Solo intento dejarte a salvo, y a mi pueblo protegido de ti.
—No están siendo protegidos mientras yo esté aquí.
—¿Y qué sugieres? ¿Que te deje ir? No es justo, yo cumplí, tú cumplirás.
—Cumpliré, pero te atendrás a las consecuencias, reina Rainelys. Mi poder va en aumento y no has sabido como detener eso, por eso me entierras, no me da de beber y finge que ya no estoy aquí, pero en las noches soy parte de sus sueños, sus preocupaciones y cada vez estoy en su mente, más de lo que le gustaría.—toqué sus trenzas, me parecían fascinantes. Su rostro estaba más vívido luego de tomar sangre de Jara, pero la conexión entre ambos no era tan fuerte, la otra solo era como una adolescente, pasó su etapa de niña pero ahora su mente seguía siendo muy joven.
—Eres una angustia constante para mí, dado que solo acumulas esa maldita cosa, quisiera solo sacarte de aquí, lanzarte al exterior y que esa bomba de tiempo ya no sea problema mío, pero no puedo, no hay como deshacerme de ti.
Me di la vuelta y solté la trenza de Owen al ver que tres miembros del consejo llegaban.
—¡Mi reina!—eran un fastidio y lo eran más desde que Owen estaba aquí.
—Sabemos una forma en la que puede deshacerse de ese ser tan impuro.—dijo Yornalis.
—Conocemos un valor más útil y menos peligroso para nuestro pueblo, de manera que pueda sacar a este vampiro de aquí sin que incumpla su palabra.—Merclaris levantó su vista hacia mí.
—Nadie, desde la reina anterior, mucho menos otros reinos vecinos o líderes de algunas razas, se han hecho cargo del reino sin ley.
—¿Y por qué debería de hacerme cargo yo?
—No tendría que ser usted directamente, pero este hombre lleva solo cuatro años aquí, queda más de la mitad del tiempo que ofreció brindar a usted. ¿No podría usar eso para usarlo a su antojo?
—¿Quién dice que tiene que ser aquí?
Ellas solo tenían miedo, el brillo de sus ojos, el color en ellos era bastante obvio. Incluso en la presencia de Owen sus alas temblaban como si él fuera capaz de hacerles daño, pocos se sentían seguros con Owen aquí.
—Lo pensaré. Pero…¿acaso creen que esta criatura será capaz de dominar el reino sin ley?—observé sus auras y ese no era el caso, querían que Owen muriera en el intento, pero aún si eso pasaba, me dejaba libre de tenerlo aquí.
De ambas formas yo ganaba.
Podría obtener el control del reino sin ley, si él triunfaba o si fracasaba me deshacía de Owen y ya no sería un problema para nadie.
Esto tenía que pensarlo.
Por ahora tenía que hacerme cargo de la intrusa de Jara.