JARA No sabíamos qué era esa cosa porque Owen no podía sentir su presencia, apenas sí lo podía olerla, pero para mí era tan claro como verlo con mis ojos, pero su sangre era diferente. Al morderlo, sentí aquel sabor en mi boca y puedo decir con seguridad que no era humano, aunque un humano tampoco es que pudiera hacer algo así. Pero me refiero a que no había nada de humano en él, a pesar de que la forma de su cuerpo era muy humana. Ese sabor nunca lo había probado. ¿Será un demonio? —No quiero avanzar mientras tengas ese aspecto.—Le comenté a Owen.—Te necesito como un vampiro. No podría dar un solo paso sin estar pendiente a ti, Owen. —Lo sé. ¿Puedo…?—señaló mi cuello y yo me acerqué a él. Lamió la parte de mi piel en la que iba a clavar sus colmillos y un segundo después estaban