EUFRATES —Once hilos.—dije en voz baja.—Once hilos de poder. Fuera había diez lobas, solo quedó una y esa que está con él es su pareja. Una loba y un vampiro, ¿o no es un vampiro? No parece uno y esa loba es…algo peculiar. ¿Sientes su olor? Huele como a… —Poder, a eso huele. Tiene mucho poder. ¿Por qué vienes a decirme todo eso, Eufrates?—como si yo no supiera lo que pasó, como si yo no supiera que él estuvo en la entrada, viendo a los nuevos inquilinos, husmeando. Lo malo o bueno de ser el menor era que siempre me subestimaban. Mi águila, Killua, tenía la habilidad de ver cosas y esas cosas las veía yo. Para empezar, tenía un rango fijo y bien cubierto de todo lo que tenía que ver con mi territorio, y también de la entrada, por eso supe que Pison estaba allí, husmeando con la llegada