Chistine Habían pasado dos días desde que el pequeño Drácula había crecido, aquello armó un alboroto en todas nosotras, el pánico se había apoderado de Lucero y vino a gritarnos que todo era nuestra culpa, que algo habíamos hecho, como si tan solo con nuestra presencia ya provocábamos el caos, no tenía sentido. Amaris, bueno, ella no sabía mucho de lo que pasaba, estaba ausente y cuando digo ausente, me refiero a que se había ido unos días a casa de su “mate”, pues para acompañarlo a organizar su vida luego de lo que estaba pasando, pero yo decía que era más como para vigilarlo, lo cual era una forma sensata de hacer las cosas, es decir, después de todo era un humano, para él todo era nuevo y en cierto modo lo era también para ella, con eso de que era su mate y toda la porquería que com