ERICK Me había solicitado en sus aposentos; después de casi cinco años la reina no me perdonaba del todo. No me perdonaba por haber tenido “orgasmos” con Amaris. Mi prioridad era ella, Amaris ni siquiera estaba en mi mente, pero es que una traición era difícil de perdonar y aún casi imposible de olvidar. Lo cierto es que desde mi regreso a Chmarat, en el que trajimos a Owen, ella poco solicitaba mi opinión, lo que yo pensaba, lo que tenía para decir. —Hablemos.—me dijo en voz baja. Se paró de su silla y voló hasta la cama que tenía en el balcón.—Sé que no estás de acuerdo con mi decisión y muestras tu descontento. Exprésate, solicito saber lo que piensas con respecto a eso que has estado guardando. Tomé asiento junto a ella y Rainelys se acomodó. El color de sus ojos me decía q