Cada uno de los pelos de Jara se pusieron de punta al ver a semejante criatura frente a ella. No tenía miedo, pero aquello era de temer. El olor a azufre inundó el lugar y los gritos se alzaron de un momento a otro en apoyo a quien era su actual líder. Para Owen, aquello era, no solo grande, intimidatorio. El águila se había fusionado en su cuerpo y varios ojos brotaron de aquella enrojecida y enorme masa de cuerpo. Quiso dar un paso hacia atrás, pero los pies los sintió muy pesados, como si no fuera capaz de moverse frente a esa cosa. “Owen, ¿qué es esa cosa?” Preguntó Jara, pero Owen no respondió. Intentaba pensar como Amaris e ideal un plan para poder derrotarlo sin ambos poner su vida en juego sacar todas sus habilidades o poderes, ya que esa no era la única barrera y sabía que