Después de almorzar Emma se despidió de Christián, debía regresar a la fundación para arreglar unos asuntos, pero estaba bastante intranquila, Christián estaba actuando raro de nuevo y esto hacía que ella ya no pensará con claridad.
–¿Qué pasa, Emma? –le preguntó Zoé.
Esa tarde tenían una reunión para mejorar la base de datos en el sistema, Zoé tenía una empresa de sistemas que siempre estaba en constantes actualizaciones, Sophie que estaba del otro lado también ya se había dado cuenta que su amiga no estaba bien.
–Nada –contestó Emma.
–Pues te ves, extraña –comentó Sophie –. No me digas, Christián hizo algo otra vez, es un imbécil, ya te dije que deberías...
–No ha hecho nada –aclaró Emma –. O no lo sé.
–Pues seguro lo tiene escondido, yo te puedo averiguar, ¿quieres ponerle una trampa, conozco una amiga…
–Por favor no –intervino Zoé –. Emma, lo primero es saber si te sientes bien tú… de salud principalmente.
–Sí –contestó ella.
–Bien, ahora qué pasa, ¿por qué te ves preocupada? ¿Es por la boda?
–Creo que sí –confesó –. No sé, tal vez es muy pronto.
–Han sido novios desde el jardín de niños, no es pronto –aseguró Sophie.
–Considerando que Christián es mayor que nosotros, eso suena bastante perturbador –señaló Zoé –. Cariño, una boda puede traer mucho estrés, hay mucho que planear y organizar para demasiadas personas, depende de lo que tu quieras o de lo que quiera Christián, para eso necesitas una organizadora de bodas, ¿le hablaste a Georgia?
–Sí, pero me dijo que necesita que prefiere conocernos a mí y a Christián en persona.
–¿Y qué tiene de malo?
–¿Para qué quiere conocer a Chtistián? –cuestionó –. Puede reunirse conmigo y ya, yo puedo hablar con ella, además Christián dijo que lo que yo decida está bien.
–Pero también es su boda –mencionó Zoé.
–Es el día de la novia –bufó Sophie –. A ellos ni les importa, solo se ponen un traje y se van a decir acepto y firmar.
–Por supuesto, la soltera sabe más que la casada –expresó molesta Zoé, le tenía más paciencia a sus gemelos de dos años que a los comentarios de Sophie, se levantó y tomó sus cosas –. Debo irme, pero deberías hablar con Christián, también es su boda y si necesitas algo, me avisas.
Se despidieron y Zoé salió de la oficina sabiendo que era una pésima idea dejar a Emma con Sophie, porque eso siempre termina mal.
–¿Y bien? –preguntó Sophie –. ¿Qué pasó con Christián?
–Nada –contestó Emma –. Es solo que ha estado un poco extraño, he intentado que hablemos de la boda, pero siempre está trabajando con eso de los clientes y esas cosas, está trabajando mucho para ser socio y siento que no le está prestando atención a nuestra boda.
–Segura que es el trabajo.
–Eric dice que le falta un cliente para ser socio mayoritario.
–¿Y cuál es el problema? Hasta yo puedo ser su clienta y de paso lo vigilo para que no haga nada –le guiñó el ojo.
–Tiene que ser alguien importante y de mucho dinero –comentó Emma.
–Me falta el dinero –hizo una mueca –. ¿Y tú no puedes?
–Le pedí a mis padres mi parte de la empresa Robinson y se la dí como cliente, fue como logró entrar al bufete.
–Vaya, qué complicado –murmuró –. Pero esto es una ventaja, podemos conseguir un cliente, tu y yo.
–Eso es muy complicado –expresó Emma.
–No, de esa forma podemos asegurar que sea importante y no sea ninguna mujerzuela, además estará feliz contigo porque le conseguiste a alguien y podrán celebrar su boda felices por siempre.
Lo dijo tan entusiasmada que hasta Emma sintió la emoción, conseguirle el cliente a Christián, se le tuvo que haber ocurrido antes, si ese era el problema, ella también lo podía buscar y Christián estaría agradecido con ella por haberlo ayudado, Sophie se quedó para empezar a planear la forma de conseguir un buen cliente, tenían que buscarlo, pero no sabían ni donde empezar.
Aunque la ayuda para Christián venía de otro lado y más pronto de lo que Emma podía investigar sobre clientes, leyes y abogados.
–Señor Anderson.
–Dime Amy.
Ella insegura se acercó al escritorio y dejó la carpeta sellada de color amarillo, Christián no lo entendió hasta que ella lo dijo.
–La señorita Kendrick dejó esto ayer por la tarde, dijo que se lo entregará cuando tuviera tiempo.
–Bien, gracias.
Espero a que Amy saliera de la oficina para ver la carpeta, primero fue alrededor, le dio varias vueltas y no le vio nada especial, finalmente la abrió y vio que era un documento bastante extraño, primero pensó que se trataba de un curriculum, tal vez de alguien que Sloane quisiera que le diera la información, pero entonces al leerlo se dio cuenta que era la información de Chambers company, una empresa multinacional que exporta sus productos deportivos a todo a más de veinte paises.
–¿Cómo? –dudó viendo alrededor como si alguien fuera a descubrirlo haciendo algo malo.
Leyó la hoja y se dio cuenta que estaba el contacto principal, luego la guardó en su gaveta, volvió a ver a todos lados y buscó en internet la empresa como si los documentos no tuvieran información suficiente, Chambers company venía de Florida, un par de chicos empezaron a vender camisetas ecológicas con diseños propios, la tela era producida por material reciclable que mostraron en internet, el producto fue toda una novedad estaban creciendo, ahora estaban en una buena posición y la pequeña firma en donde se encontraban seguramente no sabía como manejar tanto trabajo, era la oportunidad ideal para quitarlos, pero ¿cómo había conseguido Sloane esa información? No iba a esperar a que ella llegará, se levantó y salió a buscarla.