Lo más difícil para Christián fue despedirse de Emma, la única forma que la convenció es que debía estar con sus padres antes de que se fueran a ver a su hermana, la temporada de juegos de Ariana estaba a punto de comenzar y eso significaba no ver a sus padres un par de meses, al salir del restaurante pasó a la clínica por Jeff.
–¿Y Emma? –le preguntó.
–Estará con sus padres estos días.
–Supongo que no le dijiste de la chica que tienes en tu apartamento.
–Ni siquiera sé si aún está ahí –reconoció Christián –. No quiero preocuparla, no es nada.
Jeff no dijo nada, en muchas ocasiones había sido sincero y directo con Christián respecto a su relación, Emma también era su amiga y no le agradaba cuando Christián hacía cosas por su cuenta.
Al llegar al apartamento todo estaba limpio, el sonido del televisor le indicó que alguien estaba adentro, cuando llegaron a la sala, Sloane estaba sentada en el sofá con un recipiente de poporopos comiendo mientras veía su programa, dejó de comer cuando vio a los dos hombres en la entrada.
–Ya llegaste –comentó sin prestarle atención al hombre detrás.
–Y tú sigues aquí –respondió Christián al acercarse a ella.
–Me dejaste encerrada, al menos el refrigerador tenía comida.
–No te deje encerrada –aclaró viendo a Jeff –. Podías salir cuando quisieras.
–Como digas.
–Él es Jeff –presentó ignorando sus palabras –. Es un amigo y es médico, le pedi que te viniera a ver la pierna.
Ella miró al Jeff de arriba a abajo, piel oscura, más alto que Christián y con cabello corto y rizado.
–Hola –le saludó él –. Soy el doctor Jefferson Grey, Christián mencionó que te lastimaste la pierna, ¿me dejas verla?
Ella movió su pierna y levantó el pantaloncillo corto que le quedaba grande porque era de Christián.
–Christián me la coció ayer –indicó ella –. Ya me siento mejor y me quiero ir, pero él no me deja.
–No he dicho que no te puedes ir –aclaró Christián, parece que Sloane lo quería meter en problemas.
Jeff se acercó y miró la herida.
–Voy a revisar –avisó sacando unos guantes para tocar la pierna, Jeff inspeccionó la herida para verificar que todo estuviera bien, al tocarla ella hizo una mueca de dolor, Christián hizo un trabajo terrible, seguro que le quedaría una cicatriz demasiado marcada, pero no la iba a afligir con eso, ya no podía hacer nada o mejor dicho no lo quería hacer, así que solo limpió la herida y le colocó algo para protegerla, aprovechó para realizar un examen físico completo, Sloane colaboró en todo y respondió sus preguntas.
–Estarás bien en dos semanas –señaló Jeff –. Tienes que lavar la herida al menos una vez al día y te dejaré lo que debes aplicar.
–Muchas gracias, es usted un doctor muy amable.
–No te preocupes, es mi trabajo –mencionó él –. Te dejó unas pastillas para el dolor, pronto empezarás a sentirte mejor.
–Que lindo –sonrió ella –. Muchas gracias.
Jeff no le prestó atención, no como Christián que observaba la escena, Jeff miró por última vez su pierna.
–Lo lamento, te quedará cicatriz.
–Eso no importa, gracias de verdad, si hubiera una forma de como pagarle.
–No es nada, solo cuidate la próxima vez.
–Lo haré.
Jeff se levantó y miró a Christián.
–Me tengo que ir.
–No se quiere quedar un poco más –comentó Sloane –. Yo puedo ayudar a cocinar algo, ha sido usted muy amable.
–No, tengo muchas cosas que hacer –contestó –. Nos vemos Christián.
–Te acompaño.
Christián fue con Jeff a la puerta.
–Gracias, te debo una.
–Me debes un montón –contestó Jeff –. Lo hice porque es parte de mi trabajo, pero sabes que no me agrada cuando me involucras en estas cosas –se detuvo afuera de la puerta y vio atrás para ver que no hubiera nadie –. Ten cuidado con esa chica, Christián, sé que la quieres ayudar y todo eso, pero hay personas que no lo quieren.
–¿A qué te refieres?
–Observa sus brazos, tu ya lo sabes –indicó –. Nos vemos en casa, no olvides el almuerzo en casa de papá.
Jeff desapareció en el ascensor, Christián se quedó un momento más en la puerta, sabía lo que él quería decir, él la había rescatado de aquel callejón, volvió a entrar a su apartamento y vio a Sloane que estaba viéndose la pierna.
–Tu amigo fue muy amable –comentó ella.
–Así es él.
–Aunque es algo serio.
–Y tu estabas demasiado sonriente, ¿te gustó?
–No lo sé, ¿es casado? ¿tiene novia?
–¿Por qué quieres saber eso?
–Porque de eso depende si me gusta o no –contestó ella.
–¿No te gustaría si fuera casado o tuviera pareja?
–Si me estás haciendo esa pregunta, quiere decir que él te dijo algo sobre mí y no quiero darte una respuesta rápida sin tener toda la información.
–No dijo nada sobre ti –contestó Christián –. Iré a hacer la cena.
Empezó a caminar hacía la cocina, Sloane se levantó y fue detrás de él.
–Ya me vio Jefferson y me siento mejor –mencionó –. Debería irme.
–Es tarde –contestó él cortando el brócoli –. Mañana te llevaré a donde vivas.
Ella lo miró y él se detuvo.
–¿No puedes comer brócoli?
–Si puedo, no es mi favorito, pero sí puedo.
–Te va a gustar –contestó él.
–Luego dices que no me tienes encerrada aquí –suspiró ella –. Hasta me quieres engordar, luego que sigue, ¿me comerás? –preguntó ella colocando sus manos sobre la mesa.
Christián sonrió, solo negó con la cabeza mientras se daba la vuelta para colocar las verduras en la sartén.
–No soy el lobo feroz.
–Pero haces un buen papel.
–Aún así, tú no eres una buena caperucita roja.
Christián continuó cocinando, Sloane miró a todos lados sin saber muy bien que hacer.
–¿Puedo ayudar?
–Ve a sentarte, aún te tienes que recuperar.
–No soy una inválida –reprochó ella.
–Ya lo has dejado claro.
Por momentos Christián tenía que fingir una sonrisa, Sloane siempre estaba a la defensiva y tenía mal carácter, así que contener las ganas de contestarle mal, como ahora mismo que solo estaba pensando que le estorbaría con su pierna, fue una suerte que ella aceptará y regresará al sala, eso le dio tiempo a él de cocinar, su teléfono sonó y miró el nombre de Emma, estaba ocupado o al menos ese fue el mensaje que le envió, le insistió que lo llamaría más tarde, terminó de hacer la comida y la sirvió, primero fue a la mesa, pero se dio cuenta que Sloane estaba entretenida viendo televisión, así que tomó los platos y los llevó a la sala, no tenía nada de malo comer en la sala, después de todo era su apartamento.
–¿Qué estás viendo?
–The Witcher.
–¿Y de qué se trata? –preguntó al sentarse a su lado, se dio cuenta que ella solo abrió la boca, pero no dijo nada, parecía como confundida.
–En realidad, no lo sé.
–¿Cómo que no lo sabes?
–Es que es un poco difícil de entender y apenas voy en el quinto capítulo –señaló.
–¿Por qué la miras si no entiendes?
–¿Se puede negar ver un programa donde aparezca Henry Cavill? –le cuestionó.
–No puedo creerlo –negó él –. Lo único que haces es fijarte si los hombres están guapos o no.
–Tu haces lo mismo, mejor mira a la chica, ahí hay una que está guapa –señaló la pantalla –. Era una humana elfa que era fea, pero ahora es guapa.
–No es tan guapa.
Se supone que Christián debía preguntar y buscar la forma de tener la información de Sloane, pero siempre terminaban hablando de tonterías que no tenían ningún sentido para nadie, tal vez el alcohol ayudaba un poco más a eso, ella se quedó dormida primero en el sofá, la serie había seguido, en realidad para Christián no fue demasiado difícil de entender la trama, principalmente sobre personas que son tu destino, miró a Sloane, tuvo la tentación de tocarla y llevarla a la cama, pero su instinto le dijo que terminaría golpeado, así que no lo hizo, solo fue a colocarle una manta encima y apagó el programa, se terminó de ver el final de temporada, pero había más, si le daba tiempo tal vez lo vería, de cualquier forma, Sloane regresaría a su casa mañana y ese sería el final para los dos.