La incomodidad y el dolor en mi cuerpo fueron más fuertes y ganaron la batalla para que me despertara. Al abrir los ojos lo primero que suelto es un quejido al haberme afincado en mi propio brazo herido. No sé dónde estoy porque, mirando a mi alrededor, me doy cuenta que no es mi habitación. El lado de la cama está vacío, y por el piso están mis prendas tiradas con las de Raymond. Me duele mucho la cabeza, y ni se diga el cuerpo. Siento un dolor fuerte en mi vientre y en mi v****a. Observo mi desnudez, y estoy llena de marcas rojas y mordiscos por todos lados. La venda del brazo está roja, lo que quiere decir que se desangró durante la noche. —Joder —maldigo intentando salir de la cama, pero al poner mis pies en el suelo para levantarme, desisto. Estoy muy débil y adolorida —¿Qué d