Elia. Sus ojos oscuros me atraviesan, sus labios entreabiertos me claman, su respiración agitada me deja claro que está al borde de la locura por la excitación que se carga, y yo justo encima de él quiero tomarlo, follarlo, cabalgar encima de su polla hasta que no quede ni una gota de semen dentro de él. Me inclino, y estando a centímetros de su rostro, tomo sus labios como míos. Los devoro con ansiedad, sedienta y hambrienta de este hombre debajo de mí. Le dije que tomaría el control, pero no lo tengo del todo ya que él sigue apretando mi culo con ambas manos presionando mi coño contra su erección. Me muevo, lo rozo, lo presiono ahí abajo, enredo mis dedos en su oscuro y sedoso cabello profundizando el beso. Gruñe y jadea contra mis labios, y sé que se está conteniendo de follarme c