CAP. 12 GLORIA / ALEJANDRO.

1682 Words
NARRA GLORIA:   Al siguiente día, me desperté eufórica gracias a mi prima. Así que, decidí meterme a bañar con rapidez para colocarme mi ropa interior café, mi jean color azul rey y una blusa blanca acompañada de unos tenis. Baje al comedor, allí se encontraba mi tía ignorándome por completo mientras Emily seguía alistando sus maletas, me haría falta mi prima definitivamente.   Seguía derecho, desayunaría en la universidad, pero primero debía pasar rápidamente donde Alejandro, sin que mi tía se diera cuenta. Llegue, timbre y toque como de costumbre para que me recibiera con el pecho desnudo sin camisa y su pantalón de pijama; lo había despertado.   — Buenos días, bello durmiente — Manifesté con burla, se veía tierno —, Déjame entrar, no quiero que nos vean.   Seguí mirando el comedor dándome cuenta que él mismo había preparado la comida, cuando sentí unas manos en mi cintura decidí voltearme para rodear su cuello dándole un suave beso, amaba sentirlo tan cerca y más después de que habíamos hecho el amor.   — ¿Qué pasó con la loca de tu tía? — Pregunto separándose de mí, para mirarme a los ojos — ¿tu prima ya está lista?   — Mi tía quiere que decida entre tu y la universidad, ya tome una decisión — Confesé observando cómo abría los ojos mirándome con expectativa —, Me vas a ayudar a fingir que terminamos, pero seguimos a escondidas mientras termino la universidad.   — Como siempre hemos estado, solo que nos pilló esta vez — Manifestó con burla, tenía razón y adoraba el hecho de que lo aceptara —, ¿Porque terminamos según tu? ah ya sé, por tu tía.   — Si, por eso mismo no puedo acompañarlos al aeropuerto ni nada. Además, es mejor que se vean allá y no se dé cuenta que te fuiste con mi prima o te odiara más — Aconseje donde asintió con la cabeza, lo acompañe a su cuarto mientras terminaba de alistar maleta —, Debo irme, la universidad me espera.   — Ve mi amor, juiciosa como siempre y nos vemos después — Dijo dándome un fugaz beso en los labios —, Te voy a extrañar como no puedes imaginar.   — Yo a ti, pero sé que el tiempo se pasara rápido para que podamos estar juntos — Manifesté entrelazando nuestras manos conectando las miradas —, Gracias por toda tu ayuda, con mi prima.   — Es con gusto, todo por ti — Confesó abrazándome con fuerza, el cual le respondí —, Voy a guardar tu olor para acordarme de ti cada noche.   — Eres el amor de mi vida, definitivamente — Asegure separándome conectando nuestras miradas para darnos nuestro beso de despedida —, Me avisas, apenas llegues por favor — Dije antes de que diera media vuelta y me fuera hacia la universidad.    Llegué a la universidad, con ganas de encontrarme con Oscar quien cada día me hacía el rato de la universidad tranquilo, en medio de sus chistes e intentos de trabalenguas.  Allí me sentía muy bien con él, sentía que cada día la amistad aumentaba más y más siendo un gran chico, que llevaría a la casa para que mi tía lo conociera y bajará la guardia con Alejandro. Solo esperaba que, en ese momento, ya se hubieran ido al aeropuerto, aunque no negaba que me hacía demasiada falta y eso que todavía no habían pasado unas horas.   — ¿Qué tienes? te siento muy triste — Me pregunto Oscar, sacándome de mis pensamientos mientras tomamos onces.   — Terminé con mi novio — Sentencié intentando sonar sincera, tenía que fingir al menos mientras conocía a mi tía —, Es muy triste todo esto.   — No debes ponerte así, él no te valoro, pero eres una mujer muy hermosa — Dijo sorprendiéndome por sus palabras —, Cualquiera sería feliz de estar a tu lado.   — ¿Sí? no lo creo, te quería preguntar ¿quieres ir hoy a mi casa? — Pregunté mordiéndome los labios, realmente necesitaba que el plan funcionara —, Tengo inconvenientes con las matemáticas, me gustaría una asesoría tuya.   — Claro que sí, allá nos vemos linda — Respondió brindándome un poco de su ponqué lo cual agradecí —, No llores por él, eres hermosa.   — Gracias por ser un amigo tan incondicional — Mencione sintiendo tristeza en su mirada, haciéndoseme extraño —, Eres una gran persona, a pesar de llevar poco conociéndonos.   — Es con gusto, además fuiste de las primeras personas que me recibiste sin juzgarme — Dijo colocándose de pie para poner su morral en la espalda —, Entonces nos vemos más tarde, bella dama.   Después de eso, no pasó nada extravagante en las clases. Al finalizar, lo espere para irnos juntos caminando hacia mi casa, diciéndole que inconvenientes tenía con las matemáticas. Llegamos a la casa, llamé a mi tía quien bajo con cara de ogro, pero al verme con Oscar la cambió instantáneamente, sonriendo como una dulce mujer.   — Buenas tardes, ¿quién eres? — Pregunto educada, sorprendiéndome realmente —, Tu prima Emily se fue hace media hora.   — Un gusto, Oscar amigo de la universidad de Gloria — Manifestó brindando su mano, la cual fue correspondida —, Tiene una casa muy hermosa.   — Nos vamos a mi cuarto — Dije secamente, donde asintió. Preferí no preguntar por mi prima en frente de ella, solo esperaba que tuviera un buen viaje con Alejandro.   Subimos a mi habitación, coloqué la maleta al lado de la mesa de noche y saqué el cuaderno. Vi como Oscar hacía lo mismo; se sentó a mi lado y nos dignamos a estudiar. Sin embargo, no podía concentrarme con el simple hecho de saber que Alejandro seguía lejos de mí.   NARRA ALEJANDRO:   Odiaba realmente a esa mujer, no solo por meterse en mi relación con Gloria, sino que también había querido destruir el hogar de mis padres; no sabía realmente si Emily era hermanastra mía como ella aseguraba o no, pero había decidido ayudarla al menos dándole posada, pero especialmente por Gloria, quien se merecía de todo. Recuerdo cuando nos conocimos de pequeños, en ese momento su tía iba seguido a nuestra casa y no sospechábamos la verdadera razón. Logre sacarla de esa depresión que tenía por la muerte de sus padres, porque se sentía como una recogida en la casa de su tía, a pesar de que le quería brindar todo su amor al igual que su prima.   — Gracias por tu hospitalidad, eres un buen chico recuerdo cuando jugábamos juntos de pequeños — Confesó Emily, mientras miraba hacia la ventanilla del avión —, Me salvaste muchas veces del gruñón de tu primo.   — Como olvidarlo, si eras muy linda para él — Manifesté con burla, recordando esos momentos —, Pero sabes que todo fue muy lindo, teníamos una buena amistad todos.   — Hasta que descubrieron a mi madre, no te imaginas la vergüenza y pena que todavía tengo — Aseguro mirándome a los ojos, sintiéndome intimidado —, Gracias a ella tuve que separarme de ustedes, especialmente de ti.   — Si, pero el destino nos quiere nuevamente juntos — Afirme mirándola para recibir una bella sonrisa de su parte —, Gloria ahora está conmigo y tú volverás a compartir tiempo con tu amigo de infancia.   — Si claro, es verdad — Manifestó entre dientes, siendo extraño, pero evité pensar cosas erróneas y concentrarnos en el viaje.   Veía fijamente a Emily dándome cuenta que era hermosa y tiene características parecidas a mí. debido a que tenía los ojos verdes, como los de mi padre. Sin embargo, su piel era blanca y su cabello n***o. Se veía inocente, solo esperaba que no fuera producto de la aventura de mi padre porque no sabría cómo tratarla; ya que nunca tuve hermanos al ser hijo único. En este momento, nos encontrábamos en el taxi camino a mi casa debido a que fue un agotador viaje, no sabía que era la primera vez que viajaba avión así que le preste mi brazo, pero casi me lo arranca de la fuerza que uso, por el miedo que tenía.   Llegamos finalmente a mi casa, allí la invitó a pasar para que se acomodara en el cuarto de huéspedes. Es igual de lindo al principal, ella me agradece por mi amabilidad y la dejó sola para que desocupe sus cosas. Decidí enviarle un mensaje de texto a Gloria > que esperaba viera pronto, porque a pesar de ser tan celosa realmente tenía muy claro que la adoraba, no pensaría en serle infiel además estaba el inconvenientes de la prueba de ADN, donde esperaba que todo saliera bien porque no me sentía preparado para ser padre.   — Alejandro gran… — Decían a mi espalda, sorprendiéndonos a ambos porque voltee a verla y estaba quitándome la camisa, viéndome sin ella —, Perdón por entrar sin permiso.   — No te preocupes ¿dime? — Pregunte colocándola de nuevo, debíamos acostumbrarnos a esto si viviéramos juntos —, Igual, creo que debes acostumbrarte porque hago ejercicio sin camisa.   — Entiendo, quería agradecerte por tu amabilidad conmigo — Confesó finalmente Emily, mientras se mordía el labio —, Eres una gran persona, aunque sé que lo haces es por Gloria.   — Igual por ti, mereces cumplir tus sueños — Manifesté brindándole una sonrisa, mientras nuestras miradas se cruzaban —, Ve a descansar, mañana es un nuevo día para ambos.   — Dulces sueños — Dijo acercándose sin darme cuenta para darme un beso esquinero, sintiendo electricidad entre nosotros —, Mañana nos vemos.   Vi como salía por la puerta, sorprendiéndome y callando mi mente. Fue un error de cálculo, el beso iba era para la mejilla y no cerca de los labios, era la prima de Gloria, podría ser mi hermanastra así que debíamos mantener la distancia entre nosotros de una u otra forma. Cerré la puerta, me acosté encima de las cobijas y me digné al ver el techo esperando que los resultados del ADN salieron negativos o iba a enloquecer.
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