NARRA GLORIA:
Bajo lentamente su mano por todo mi abdomen, mientras nuestro beso se iba intensificando cada vez más; este hombre me encantaba así que quite el botón y baje la cremallera para poder introducir mi mano en su bóxer, cogiendo su bulto frotando en su punta suavemente hasta sentirlo mojado; para después cogerlo bien con mi mano moviéndolo en un ritmo sincronizado sintiendo sus gemidos; al mismo tiempo que él me daba besos en el cuello moviendo mi cabello hacia un lado, después metió sus manos debajo de mi camisa para desabrochar mi brasier y así tocar mi espalda con sus frías manos. Sentía muchas sensaciones extrañas a su lado; tal vez porque esta vez lo iba a hacer con amor; mientras la primera vez fue por una apuesta, solo sexo.
Sentí su boca nuevamente sobre la mía; mientras me agarraba con fuerza en mis mejillas con sus manos; lo solté, subí mis piernas a su cintura para que fuera bajando lentamente arrodillándose para depositarme en la colchoneta que se encontraba en el estudio fotográfico; al mismo tiempo vi que dirigió su mano hacia la cámara espichándole a un botón no entendí, pero no me importo. Me subí mi camisa, al mismo tiempo él para poner su boca sobre mis senos al quedar al descubierto por irse el brasier con ella, los agarró con fuerza dándole besos suaves sintiendo que tocaba el clímax, mientras agarraba de su cabello. Enseguida, me bajo el resto de ropa quitándose igualmente la de él, para darme besos lentos mientras deslizaba sus manos sobre todo mi cuerpo, hasta llegar a mi clítoris donde succiono y metió sus dedos haciendo que gimiera de placer. Después, llegó el gran momento donde se posiciono mirándome fijamente.
— ¿Estás segura? sé que no eres virgen, pero sabes que te adoro — Dijo mirándome con dulzura, sentí sinceridad en su mirada.
— No preguntes más, solo hazme tuya — Susurré de forma seductora, sorprendiéndolo para sentir como entraba en mi lentamente para pasar a rápido; sintiendo una mezcla entre dolor y placer, pero algo muy rico e inexplicable en medio de los corrientazos.
Nos movíamos en sincronía, mientras cambiamos de posición en medio de la colchoneta. De un momento a otro, me abrazo en ella mientras los rayos del sol nos alumbra al haber terminado de llegar al orgasmo juntos, viéndonos. Estaba segura de lo que sentía por él, aunque odiaba su trabajo porque tenía constante contacto con las otras mujeres más hermosas, bellas y profesionales.
— ¿Qué piensas hacer en tu futuro? — Pregunte intrigada, quería saber si de pronto podría ser parte o mejor me bajaba las estrellas yo solita —, Digo si me quieres contar.
— Claro que sí, princesa — dijo riendo mientras me daba un beso en la frente, en medio del abrazo — Bueno, quiero ser reconocido internacionalmente como el mejor fotógrafo, trabajar en concursos, escenarios exquisitos del país y del mundo. No solo eso, sino terminar mi carrera universitaria y unir los dos campos ¿y tú?
— Quiero terminar mis estudios para venirme a Bogotá, dejar de depender de mi tía y poder darle un mejor futuro a mi prima — Confesé con dolor, porque no vi en ningún momento que me mencionara en sus sueños —, ¿Que estás haciendo?
— Apagando la cámara, acércate y mira — Dijo cuando se había levantado mientras hablaba, me la mostro y me sorprendí al ver fotos de los dos en nuestro acto, pero habían quedado perfectas, era un profesional hasta sin estar sobre la cámara definitivamente —, Se que te pondrás brava, pero quería un recuerdo de nuestra primera vez juntos, ¿me perdonas?
— Claro que sí, quiero contarle que mi prima se va a venir primero a Bogotá — Mencione viendo cómo volteo a verme, no se esperaba esa noticia —, Se enfrento a mi tía, así que quiero pedirte el favor si puedes recibirla aquí; sabes que es como una hermanita mía.
— Lo sé, no te preocupes la acomodamos y me ayuda a pagar los servicios — Contestó dándome un suave beso en los labios, con risitas ahogadas — Te adoro, Gloria nunca lo dudes.
— ¿No me cambiarías por nadie? Sabes que nuestra relación es a distancia, pronto tendré que irme y estaremos solos nuevamente — Afirme con dudas, tenía miedo de que alguna de esas modelos lograra entrar a su corazón y robármelo.
— Confía en mí y en mis sentimientos, son reales — Aseguró cogiéndome de la mano, para colocarla en su corazón el cual palpitaba con mucha fuerza —, Aquí te estaré esperando y podremos en contra de la distancia, callando a todo el mundo que se opone.
En ese momento suena el celular de Alejandro donde decidí voltear a ver; para darme cuenta que era un número privado. El dilema no fue ese, sino cómo se colocó de nervioso tapándolo enseguida, para silenciarlo sin contestar eso ocasiono que me sintiera extraña. Sin embargo, volvieron a marcar de nuevo, lo mire y se había colocado el bóxer para coger su celular y encerrarse en el baño > eso ocasiono que me alterara, me coloque de pie para vestirme con mi ropa rápidamente, mientras salía porque a pesar de acercarme a la puerta no se escuchaba nada.
Vi como salió, evitando mi mirada para dirigirse a vestirse; mientras por mi lado terminaba de levantar la colchoneta, organizando la sesión fotográfica. Al ver que terminó de vestirse, se dirigió a la sala, era momento de hablar.
— ¿Quién te llamo? ¿por qué te escondes? — Pregunte sin anestesia de pie, cruzando mis brazos mientras él encendía la televisión.
— No fue nadie, además no me escondí solo fui al baño — Respondió sin mirarme, evidentemente mentía —, No debes estar pendiente de todo lo que haga o deje de hacer.
— Tú no debes mentir, ¿quién era? ¿tu amante? — Interrogue con desespero, no podía creer que después de un momento tan especial se dañara todo.
— Tú y tu amante siempre — Sentenció dándole un golpe a mi corazón cogiendo su consola —, No era nadie, ni conteste.
Decidí quedarme callada y dirigirme hacia la habitación, allí me coloqué a adelantar trabajos de la universidad para irme mañana mismo a mi ciudad. Si no iba a confiar en mí, tampoco tenía necesidad de estar aquí con él. No sé cuánto tiempo paso, pero me había quedado dormida y reaccioné cuando sentí su brazo rodeándome en medio de la noche, no quise quitarlo para evitar inconvenientes, pero estaba segura de mi decisión, no iba a aguantar engaños. Al siguiente día, me levanté quitando su brazo, para darme una ducha refrescante, me coloqué mi ropa interior aguamarina, mi blusa, mi saco encima y mi pantalón con los tenis. Me hice una trenza y me apliqué perfume, crema en la cara y vi cómo se levantaba mirándome con sorpresa.
— ¿Por qué te alistas tan temprano? — Preguntó mientras se restregaba los ojos —, Anoche gane el partido en la consola.
— ¿Me dirás quién te llamo y por qué te escondiste? — Respondí devolviéndole otra pregunta, volteando a verlo sin respuesta —, Esta bien, me voy.
— ¿Para dónde? si acabas de llegar — Resoplo cruzando sus brazos, dejando ver su buen cuerpo además su torso desnudo —, Íbamos a estar juntos varios días, no sé cuándo nos volveremos a ver.
— Muy bien dicho, íbamos antes de que inicias con tus mentiras — Sentencie colocándome de pie, para agarrar mi maleta —, Ya puedes decirle a tu amante, que puede venir en mi lugar.
No dejé que me respondiera, cuando salí de la habitación cerrando la puerta con fuerza. Bajé las escaleras y abrí la principal gracias a las llaves que tenía, saliendo corriendo para ir a coger el bus mientras aguantaba las ganas de llorar. Odiaba estar en medio de una mentira o suspenso > solo sé que, llegué al terminal para coger el bus directo a Bucaramanga, de donde no debí haber salido.
Me dormí en el camino, llegando a mi casa saludé a mi tía como de costumbre y me fui a mi habitación, mi prima noto mi extraña aparición entrando a la pieza, para cerrar con seguro. Decidí contarle todo lo que había sucedido, omitiendo el detalle que hicimos el amor. De resto, le Conte todo y hasta que ella era aceptada en su casa para cuando se fuera a Bogotá, se alegró por eso, pero a la vez se incomodó porque sabía que estábamos peleando.
— No te preocupes, mañana será un mejor día — Dijo mi prima, apoyándome con un fuerte abrazo; no sabría que hacer sin ella.