Eliza Miro los planos una y otra vez, repasando cada línea, cada detalle. Patrick está a mi lado, sonriendo con un entusiasmo tan radiante que podría iluminar toda la oficina, su energía casi me da risa, pero mantengo mi seriedad, revisando cada trazo. ― ¿Y? Vamos, Eliza― me dice, con la ansiedad prácticamente rezumando por cada poro―. Si me haces rehacer una sola línea más, juro que voy a tirarme por la ventana, y no será bonito. ―Está perfecto, Patrick― le aseguro, alzando una ceja para enfatizarlo. Su sonrisa se ensancha aún más y, antes de que pueda reaccionar, me agarra y me envuelve en un abrazo entusiasta, me levanta del suelo y me hace girar, provocándome un leve mareo. ― ¡Por fin! ¡Este jodido proyecto está listo! ― ríe, y yo le doy un golpe en el hombro, entre molesta y dive