La misma tarde Rabat, Marruecos Isra Todos conocemos los riesgos que trae consigo el triunfo, pero son un precio inevitable si quieres derrotar a tu adversario. Así que, olvídate de la idea de que podrás ganar sin esfuerzo. No dejes que el azar decida por ti, ni esperes que un milagro te favorezca. Es tu deber tomar el control de la situación con actos extremos: infiltrarte en la trinchera de tu enemigo, pactar con el diablo, o incluso cambiar tus estrategias en el último momento. No es cuestión de desesperación, sino de sensatez y determinación. Solo los audaces y calculadores poseen la frialdad necesaria para ir hasta las últimas consecuencias con tal de asegurar la victoria. En lo personal, los riesgos nunca me disuadieron de conseguir lo que quería; con el tiempo, se convirtieron e