Pasar el día con Maxi fue como un pequeño descanso en medio de todo este caos, mi pequeño me llevó a su dormitorio, era un lugar muy bonito con una ventana que daba a un pequeño jardín, el lugar era bastante seguro y agradable, compartía dormitorio con otros tres niños y una monja los pasaba supervisando, me habló sobre sus compañeros, se llevan muy bien y son de su misma edad, me mostró sus cuadernos y sus trabajos, me dio una rosa hecha de listón rojo, me dijo que la había hecho en clases de manualidades para mí y esperaba poder darmela cuando regresará, la iba a guardar para siempre, me mostró sus cuadernos ordenados, al igual que todo en el lugar, le pregunté varias veces si se sentía bien al estar ahí porque se veía un lugar estricto por lo extremadamente ordenado, pero me dijo que sí