Caterina Di Pietro.
Apenas siento que la puerta se cierra me pongo de pie. El perfume de Bruno todavía continúa en la habitación, flotando en el aire, entrando en mis pulmones, recordándome que ese hombre, hijo del maldito que dio luz verde para asesinar a mi padre, me está salvando.
Es la segunda vez que me da una oportunidad para recuperarme y no dejaré pasar eso. Mi mente ha comenzado a creer que es la clase de persona que merece ser salvada de toda esta mierda porque creo que puede tener un brillante futuro y quiero darle la misma oportunidad que él me está dando a mí.
Aún con dolor en todo mi cuerpo me pongo de pie. Darme una ducha significa perder tiempo y es justo lo que menos tengo, a decir verdad.
Me coloco mi calzado y abandono la habitación. Gracias a que Bruno les dijo
