—Valeria, ¿me estás escuchando?—miro a Alonzo y realmente no estoy pendiente de lo que dice, él solo habla de lo genial que fue al hacer una fiesta donde no fui invitada, claro que no menciono esa parte y solo me mantengo en silencio con una sonrisa en los labios fingiendo que todo está bien. —No—respondo con sinceridad mirándolo fijamente. Alonzo arruga el entrecejo y respiro hondo porque desde la semana pasada he estado analizando demasiado mis miedos, creo que realmente ya no puedo seguir tolerando tenerlo cerca. Cada que me respira cerca siendo asco y repulsión, pero una parte de mí tampoco lo quiere alejar porque él es el único que conoce todos mis defectos y continua conmigo. Trago en seco al giro que toman mis pensamientos porque a última instancia la voz de Paula se adentra en mi