GENEVIEVE
Gruñó y tecleó un momento en el teléfono antes de llevárselo a la oreja y mirarme.
Sonreí satisfecho y esperé a que contestara antes de besar la parte inferior de la punta.
—Jasmine—, respondió, con la voz aún ronca.
Hizo una pausa, pero oí el tono estridente de su voz en el auricular y vi cómo fruncía las cejas.
Pasé la lengua por la vena desde abajo hacia arriba y la hice girar alrededor de la punta.
—No, no te ignoraba, estaba ocupado—, respondió.
Hubo una breve pausa y separó los labios en un gemido silencioso cuando empecé a pasarle la lengua por toda la erección, humedeciéndola antes de metérmela en la boca.
—Eso no será necesario, Jasmine. Estaré atado el resto de la noche.
Me lo había llevado a la boca entonces y lo estaba chupando mientras mis manos estaban en l
