GENEVIEVE —Solo un trago, Genevieve. ¿Por favor? Te prometo que no tocaré... quiero decir, a menos que tú quieras. Solo quiero celebrarlo contigo, ya que tú lo has hecho posible—, se apoyaba en mi escritorio como hacía habitualmente. Los músculos de sus brazos y hombros estiraban los brazos de la chaqueta de su traje mientras tenía los brazos cruzados sobre el pecho. —Dominic, no estoy de humor—, le dije, pero estoy segura de que hasta él oyó la vacilación en mi voz. Aún no me había recuperado del subidón que sentí al ver a Gary Emerson firmar el contrato recién redactado. Por lo que Dominic me había contado de él, Gary era un tipo difícil de tratar y cuando se trataba de negocios era tacaño y codicioso. Había rebajado la oferta de Dominic, dándonos una cifra que estoy seguro de que in