Aléjate de mi prometido

1302 Words
Juana, al enterarse de que Valeria está buscando información sobre Lilith, decidió aprovechar la situación a su favor. Sabía que, si podía alinear a Valeria con sus propios intereses, podría debilitar aún más a Lilith y consolidar su propia posición. Juana hizo una llamada a Valeria, con un tono calculado y amistoso. —Hola, Valeria. Soy Juana González. He escuchado que estás interesada en saber más sobre Lilith —dijo Juana con una voz suave. Valeria, sorprendida por la llamada, respondió con cautela. —Hola, señora González. Sí, es cierto. Me gustaría saber más sobre ella y su relación con el Grupo García. Juana sonrió, sabiendo que tenía la oportunidad perfecta para influenciar a Valeria. —Podemos reunirnos y hablar. Tengo información que podría ser muy útil para ti. ¿Te parece bien si nos vemos mañana en mi residencia? Valeria, intrigada y deseando obtener más información, aceptó. —Por supuesto, señora González. Nos vemos mañana. Al día siguiente, Valeria llegó a la imponente residencia de los González. Juana la recibió con una cálida sonrisa y la condujo a una elegante sala de estar. Después de intercambiar algunas cortesías, Juana fue directo al grano. —Lilith siempre ha sido una rebelde en nuestra familia —comenzó Juana, mirando a Valeria con seriedad—. Siempre ha buscado hacer las cosas a su manera, sin considerar las consecuencias para los demás. Ahora está tratando de construir su propia empresa, pero su conexión con el Grupo García es muy sospechosa. Valeria escuchaba atentamente, procesando cada palabra. —¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, queriendo más detalles. Juana asintió, sabiendo que había captado el interés de Valeria. —Lilith ha estado recibiendo un apoyo inusual del Grupo García. No sabemos exactamente por qué, pero parece que tienen un interés especial en protegerla y ayudarla a establecerse. Eso ha causado muchos problemas para nosotros. Valeria frunció el ceño, pensando en las implicaciones. —¿Crees que hay algo más detrás de esta protección? —Es posible —respondió Juana—. No tengo pruebas concretas, pero sospecho que hay algo que Lilith está ocultando. Quizás puedas usar tu influencia para descubrir más. Si logras obtener información útil, podríamos trabajar juntas para desestabilizar su posición. Valeria asintió lentamente, considerando la oferta de Juana. —Me parece una buena idea. Trabajemos juntas en esto. Juana sonrió, satisfecha de haber encontrado una aliada en Valeria. Sabía que, con su ayuda, podrían poner a Lilith en una posición comprometida y recuperar el control que tanto anhelaba. Mientras tanto, Gabriel, consciente de que las cosas se estaban complicando, decidió que debía mantenerse alerta. Sabía que Valeria y Juana no eran personas a las que se podía subestimar, y debía proteger a Lilith a toda costa. En la empresa de Lilith: Lilith estaba revisando unos documentos cuando su secretaria entró, visiblemente nerviosa. —Señorita Lilith, la señorita Valeria está aquí. Dice que necesita hablar con usted urgentemente —informó la secretaria. Lilith asintió, tratando de no mostrar su sorpresa. —Está bien, dile que estaré ahí en un momento. Mientras Lilith se dirigía hacia la sala de recepción, Gabriel, quien estaba en la oficina de Lilith, se enteró de la visita de Valeria y rápidamente buscó un lugar para esconderse. Sabía que cualquier encuentro entre Valeria y Lilith podría ser desastroso si su verdadera identidad salía a la luz. En la sala de recepción: Lilith entró y vio a Valeria, quien estaba visiblemente alterada. Antes de que Lilith pudiera decir una palabra, Valeria levantó la mano y le dio una cachetada, dejando a Lilith atónita. —¡Como prometida de Luis Carlos, te ordeno que ceses todos los negocios con el Grupo García! —gritó Valeria, con los ojos llenos de furia. Lilith, aún con la mano en la mejilla adolorida, trató de mantener la calma. —Valeria, no entiendo por qué estás haciendo esto. Los negocios con el Grupo García son beneficiosos para ambas partes —respondió Lilith, intentando razonar con ella. Valeria sacó un cheque de su bolso y lo arrojó al suelo frente a Lilith. —Aquí tienes diez millones de dólares. Tómalo y aléjate de Luis Carlos y del Grupo García. No quiero verte cerca de él nunca más —dijo Valeria, con una voz gélida. Lilith miró el cheque y luego levantó la vista hacia Valeria, con una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos. —No estoy interesada en tu dinero, Valeria. Mis relaciones comerciales y personales no se compran ni se venden. Si Luis Carlos y yo estamos en buenos términos, es por nuestros propios méritos, no por tu intervención —respondió Lilith con firmeza. Valeria se acercó, sus ojos llenos de rabia. —No sabes con quién te estás metiendo, Lilith. Esto no ha terminado —dijo Valeria, antes de darse la vuelta y marcharse. Lilith se quedó allí, sintiendo la tensión en el aire. Sabía que Valeria no se detendría y que tendría que estar preparada para lo que viniera. En el escondite de Gabriel: Gabriel, quien había escuchado toda la conversación desde su escondite, sintió una mezcla de preocupación y admiración por Lilith. Sabía que tenía que encontrar una manera de protegerla sin revelar su identidad. —Esto se está complicando demasiado. Tengo que hablar con Lilith y hacerle entender que no está sola en esto —murmuró Gabriel para sí mismo. En la oficina de Lilith: Después de que Valeria se marchó, Lilith recogió el cheque del suelo y lo guardó en su escritorio. Sabía que tenía que ser fuerte y que no podía dejar que Valeria la intimidara. —No dejaré que esto me detenga. Tengo que seguir adelante —se dijo a sí misma, con determinación. En la mansión de los González: Juana recibió una llamada de Valeria, quien le contó lo sucedido. —Juana, Lilith se niega a alejarse del Grupo García. No quiere aceptar el dinero y sigue empeñada en mantener esos negocios —dijo Valeria, con frustración. Juana sonrió, sabiendo que esto era solo el comienzo. —Tranquila, Valeria. Esto es solo una batalla, no la guerra. Encontraremos otra manera de debilitarla. Confía en mí —respondió Juana, con voz calculadora. En la oficina de Luis Carlos en el grupo García: Luis Carlos se reunió con Martín para discutir los últimos acontecimientos. —Martín, Valeria está volviéndose cada vez más agresiva. Necesito que encuentres una manera de mantenerla distraída mientras yo intento hablar con Lilith. No podemos permitir que descubra la verdad —dijo Luis Carlos. Martín asintió, dispuesto a ayudar. —Haré todo lo posible, señor. Mantendré a Valeria ocupada y fuera de nuestro camino —respondió Martín. En un café cercano: Lilith decidió reunirse con Lorena para desahogarse y buscar consejo. Se encontraron en un café cercano, y Lilith le contó todo lo sucedido. —Lorena, Valeria vino a mi oficina y me cacheteó. Luego me lanzó un cheque de diez millones de dólares para que me alejara de Luis Carlos y del Grupo García —dijo Lilith, todavía conmocionada. Lorena abrió los ojos con sorpresa y enfado. —¡Eso es inaudito! No puedo creer que haya hecho algo así. ¿Qué piensas hacer? —preguntó Lorena, preocupada por su amiga. —No voy a aceptar su dinero ni voy a dejar que me intimide. Los negocios con el Grupo García son importantes para mi empresa y no voy a ceder ante sus amenazas —respondió Lilith con determinación. Lorena asintió, mostrando su apoyo. —Estoy contigo, Lilith. No estás sola en esto. Si necesitas ayuda, cuenta conmigo —dijo Lorena, con una sonrisa alentadora. La tensión seguía aumentando, con cada personaje enfrentando sus propios desafíos y secretos. Las próximas acciones de Lilith, Gabriel, Valeria y Juana determinarían el curso de sus vidas y el desenlace de esta intrincada trama.
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